domingo, febrero 12, 2006

Conversaciones con Rafalito 30/12/02

CONVERSACIONES CON RAFALITO

Hoy me ha traído mi amigo don Rafael, Rafalito para los amigos, un poema que yo tenía guardado y que no encontraba por ningún sitio ya que a veces mi mesa y mis cajones son como la de Abraham, uno de los muchos zapateros del Rastro de hace muchos años, mas de cincuenta; menudas medias suelas de goma te hacía Abraham, que no se gastaban jamás; la mesa de Alberto, el latero, era tres cuartas partes de lo mismo, pero te hacía unos jarrillos de lata que hoy serían una reliquia artesana. Disculpen que me vaya a los años en que fui niño feliz; aunque se que mas de uno que lea esto su memoria volará, junto a los olores del té y la hierbabuena, por el Rastro de aquéllos años. El poema se refiere al comportamiento que tienen muchos hombres andaluces con sus madres. Rafalito no sabe quien lo escribió, lo ha copiado y ya está, yo tampoco lo se, pero vale la pena recordarlo porque es el vivo retrato de muchos andaluces zalameros para con las que les dieron la vida: “Al andaluz retador / y excesivo en ponderar,/ no se le puede negar / que es gente de buen humor; / viven sin pena ni dolor, / galantean a sus madres, / jamás le faltan azares, / y en sus desafíos todos / se dicen dos mil apodos / y luego quedan compadres ”. Yo recuerdo a un niño que era como el que se describe en estos versos. Tenía la risa de cascabel. Reía siempre despreocupado como suelen hacer los niños felices que no ven en sus casas hechos desagradables en sus padres. Para mucha gente ese niño era un desvergonzado porque, al ser enviado por una vecina a por un mandado a la tienda de Micaela en la calle Duque (Teruel), le contestaba:”mi señor padre me impide que haga mandaos a nadie, además, que vaya su hijo que está en su casa”. ¡Descarado, vaya con el niño...!. Lo de señor padre tenía su mijita de retranca. Había otro niño que era todo lo contrario. Éste chavea se llamaba Odón, y no vean el cachondeo con el nombrecito. Llevaba un llanto dentro de su corazón, jamás se le veía una lágrima; siempre tenía hambre, nunca dijo no a un pedazo de pan, él siempre pedía “parte”, pero jamás daba la suya porque tampoco salía con ningún bollo a la calle. En su casa siempre había hambre y disgustos. El olor de su casa era rancio y de comida añeja; nunca dijo picardías infantiles, no le daba tiempo, solo sentía tristeza. Cuando se hizo mayor, de comunión cumplida, le llamábamos necromaníaco por estar siempre hablando de muertos y cosas fúnebres. Como comprenderán nosotros no teníamos idea de lo que significaba necromaníaco, la explicación nos la dio un señor, vecino de la calle que tenía mas guasa que todos nosotros juntos. Rafalito, como gran conversador que es y poseedor de una vasta cultura (no es universitario) me “instruye” con una humildad propia de un padre. Yo no sabía aconsejar a un octogenario pero aprendí que si lo envolvía con la verdadera adulación para que se le levantase el ánimo abatido por una enfermedad, pasajera para jóvenes, no para él, me daba por satisfecho. Tengo que decir que mi amigo ha estado con gripe y su salud ha bajado dos peldaños, y volver a subirlos le está costando trabajillo. Aparte del poema andaluz me ha contado una pequeña historia de una señora de su pueblo que se llamaba doña Violante y le decían doña Violada y doña Violenta por lo casquivana que era. Frases como estas le hacen reir, y sus contestaciones sobre música son de filósofo, como por ejemplo lo que me contestó a la pregunta qué músico le gustaba mas, Beethoven, Wagner o Mozart. Sobre el sordo Beethoven me dijo que fue un verdadero genio; del otro alemán, el de Tanhauser, opina que era muy circunspecto y un cabeza cuadrada, como buen teutón, y del gran Amadeus solo dijo una frase: Juanito, Mozart es la música en todos los aspectos, y tu debieras saberlo, ya que siempre estás hablando de él; y es verdad. Cuando me ve con el bloc y el bolígrafo se sonríe porque sabe que le digo que no vaya tan deprisa para poder anotar todas sus frases tan ocurrentes. Una de sus favoritas es: la experiencia es un peine que te regalan cuando ya no tienes pelos, o que fue el espermatozoide ganador que su madre crió en sus entrañas. De verdad que es un viejo lleno de bondad y de sabiduría. Dice que su ignorancia es tan grande que desearía poner todas las palabras que persigue, cuando lee, en lo que escribe. Son sublimes algunas y a veces, estas mismas, parecen crueles cuando las coloca en alguna frase peyorativa. A mi la que mas me agrada es cuando se despide diciéndome: si vas por tu tierra, saluda al soldado de la Plaza de España, que el pobre lleva haciendo guardia setenta años y le han cagado cientos de generaciones de palomas.
Pues lo dicho, reciban un saludo y háganlo extensivo a ese soldado, fiel reflejo de todos los que cayeron por nuestra ciudad, Melilla, hija del País tan cojonudo que es España.

Juan J. Aranda
Málaga 30 de diciembre de 2002

Agradecimiento a Juan Garbín 30/12/02


AGRADECIMIENTO A JUAN GARBÍN

Hoy he recibido por correo epistolar, como siempre se ha recibido la correspondencia, dos libritos de poemas que conforme iba rasgando el sobre, con mucho cuidado para no romper nada, me iba emocionando. Que quieren que les diga, yo soy así. Los títulos son: “Génesis melillense” y “El Vuelo de la Alondra”. Algunos de ustedes ya habrán averiguado quien es el autor, pero si hay alguien que no lo sabe les diré que su autor es, nuestro paisano, Juan Garbín Vereda. Estas sorpresas tan agradables te dejan un poco descolocado y mas cuando abres el libro de “Génesis Melillenses” por cualquier página y lees: “Sobre roca calcarea / su silueta es para España / ola de mar avanzada / ; a la Plaza de España : Las palmeras / de esbeltos y firmes cuerpos / guardan plaza y monumento /” ; o sobre “mi” Parque de Lobera, el de mis correrías de niño, verde paraíso de amores infantiles, de cuando las niñas del colegio de la Divina Infantita las llevaban vigiladas muchas tardes a pasear: “Vergel de pinos celosamente guardados, / por la cercana tapia / que abraza, acuna y cierra / amorosamente el parque / (....) Murmullos venidos del mar / se levantaron. Amaneció / bajo los candiles del alma /.
Sobre “El vuelo de la Alondra”, la emoción que sentía me iba invadiendo en cada verso que leía; el desgarro por la memoria de tu hijo; veía tu noble alma desnuda con la cicatriz de la herida llena de pena y espanto. Yo no se recitar versos pero los que leo los voy guardando en mi humilde corazón como buenamente puedo: “ Alondra, mi alondra inviolada / que te fuiste un día del nido / sobre un viento mortal izada / toma mi palabra penitente / y trae, en tu pico ungido / el dolor de llanto herido / por tu vida sacrificada ” (...) ; “Yo sobre tu recuerdo ando / y, a esa muerte esperando / por ver de verte deseando /”. Te ruego que creas si te digo que llevo quince minutos y no me canso de leer estos versos ahítos de amor hacia tu hijo.
Chubert decía que sus obras musicales eran el producto de su genio y de su miseria, y lo que mas le gusta al público es lo que a él le había causado mas dolor. Yo se que escribir estos versos desgarradores te causaron un espantoso gran dolor, pero piensa que todo el mundo que los lee, como a mi me pasa, es como si nuestra alma se desnudara ante Dios, y a los no creyentes ante sus conciencias. Es como la armonía del sentimiento, de la bondad y de la nobleza, con una perenne e inacabable nota La en un violín como recuerdo, la que nos hace entrega nuestro corazón constantemente.
Garbín, has descubierto parte de mis sentimientos que tenía guardados desde mi niñez y los has colocado en unas cuartillas, ahora no me queda otro remedio que seguir con tu influencia, seguir tu poesía y los dardos con sabor a limón azucarado que lanzas desde estas páginas hacia la demagogia de los ilustrísimos y excelentísimos políticos que se encuentran, por ahora, en la cresta de las olas de nuestro mar azul. Esto será cada vez que reciba este periódico desde la distancia, aunque sea con varios días atrasados por razones postales, pero esto es otra historia.
De las numerosas veces que he viajado a Melilla, en dos de ellas, fueron para dar sepultura a mis padres. Entonces me parecieron las calles dormidas con el silencio del sentir de mi corazón dolorido por la honda pena. Los recordaba enterrados frente al mar y junto al Angel de bronce; en el Cementerio de Héroes, como mi padre gustaba llamar a La Purísima. Me parecía cometer un gran pecado egoísta cuando me arrebujaba entre las mantas para sentir el calor sabiendo que ellos se helaban de frío en sus tumbas silenciosas. Aun hoy siento sus caricias diciéndome que están bien y que no tienen frío, están juntos que era su sueño cuando se encontraban entre nosotros.
Bécquer decía que un poema cabía en un verso y sabía lo que decía. Amigo, tocayo y paisano (estas tres palabras las ordenas como más te gusten, el orden no altera nada), como yo solamente soy un juntapalabras mi verso hacia ti son : Gracias por tu amistad paisano.


Juan J. Aranda

Málaga 30 de diciembre 2002

Este Arandilla 27/12/02

“ESTE ARANDILLA” REPLICA AL SEÑOR MORILLA DESDE ESTA OTRA ORILLA
(El título me ha salido fetén con su mijita de mandanga)

Hace muchos años mi madre, que me quería mas que a la niña de sus ojos, cuando yo estaba “empachado” y le decía que me dolía la barriga, no el estómago, me arreglaba, se ponía el vestido de los domingos y, ¡hale!, a casa de don Juan Espona; galeno, con las trompas de Eustaquio en estado de letargo, que vivía en la calle de Cándido Lobera, frente a la parada de los taxis. Allí don Juan lo único que le recetaba para mis retortijones era un vaso de agua de Carabaña o de aceite de ricino. Como comprenderá cuando eso se tomaba había que quedarse en casa durante toda la tarde o el día entero, porque si no la carga se venía hacia atrás, y las pasabas canutas. Claro que las tuberías digestivas quedaban mas limpias que una patena, y al rato otra vez a darle que te pego con los bollos con aceite y azúcar; ¡qué tiempos!. Yo, humildemente, señor Morilla, le recomiendo un buen purgante, pero no para sus tuberías digestivas, que espero que le funcionen bien, no, mi recomendación es para que se haga una cura de humildad, y de paso, también de modestia, y expulse la presunción, la arrogancia, la petulancia, la jactancia, y tantos antónimos que tiene la humildad. Todo esto viene a que el día 22 de noviembre en sus “Cosas como son”, que no son como usted las dice, por supuesto, me llama provocador, mentecato, bajo y chabacano. También me llama : “este Arandilla que se largó a Málaga para evitarse los problemas que tenemos en común que, los que permanecemos aquí y no en la otra orilla cómoda, a donde nunca podrían llegar los cascotes de la Traca, si algún día el pescado se pone feo, y este ciudadano se enteraría por Canal Sur, la televisión de su Señorito Chaves “.
Señor Morilla : la procedencia de mis apellidos, Aranda y López, yo creo que son muy comunes entre los castellanos, aunque he intentado recopilar de mis antepasados, me quedo en 1876 con los padres de mis bisabuelos, fecha en que se inauguraron los registros civiles. “Arandilla” es un apelativo cariñoso que me decían en el colegio de Ataque Seco y en el Instituto de García Cabrelles, pero por el tono de su escrito me ha parecido un pelín peyorativo. Yo me he leído en el Espasa el significado de su apellido, Morilla, y dice : “ Morilla, que en botánica quiere decir, Cagarria, o sea, una colmenilla, un hongo comestible del género Morchella, próximo al de los sombreretes, o Helvella, que pueden ocasionar envenenamientos en algunos casos ”.
No quisiera parecer grosero pero le diré que si estoy en esta otra orilla es ¡¡ PORQUE ME DA LA GANA!!, lo mismo que está usted en esa otra, como maestro de escuela, en un colegio en Marruecos y cobrando 800.000 pesetas cada mes, (me lo dijo usted). Sobre los cascotes de la “traca” le diré que si tiene jindama, ya sabe, aquí en los pueblos de Andalucía hay un puñado de vacantes de maestros y usted con sus trienios y su experiencia lo haría estupendamente, ahora que olvídese de las 800.000 púas (conviértala usted en euros) del ala que le ingresan cada mes. Al señor Chaves, socialista y Presidente de la Junta de Andalucía, antaño su camarada, no lo conozco personalmente, solamente lo veo cada vez que, hogaño su compañera, la señora Teófila, alcaldesa de Cádiz, le arma las trifulcas en el Palacio de San Telmo; que por cierto la televisión andaluza no me gusta nada; para mí es un poco bodrio; así que espero que quede aclarado.
Yo de usted, como “pepero” furibundo, me metería con los desaprensivos mafiosos, amos y señores del dinero cabrón que tienen en paraísos fiscales y que sus barcos ensucian nuestras costas. A los políticos, si son demagogos, ¡leña al mono!, pero si solamente se ofrecen para ayudar y les dan un guantazo sin manos, hay que matizarlo un poco antes de darle la leña. Ahora, que el que haya tenido la culpa del alejamiento del apestoso Prestige, que se aguante con las críticas cuando le han pillado con el culo al aire cuando practicaban el mal llamado arte de Diana, la caza. Tanto a unos como a otros las críticas se les compensa con los sueldazos, parecidos al suyo, que les pagamos entre todos los españolitos.
En la vida las cosas desagradables hay que tomarlas con una gran dosis de buen humor y no disfrazar la venganza con el manto de la justicia, como al parecer está haciendo usted con sus antiguos camaradas socialistas. La adulación, señor Morilla, no nos hace mas grandes ni mas pequeños, nos hace vulgarmente unos pelotas. Yo creo, y quizás me equivoque, que los victoriosos, como en este caso el partido que gobierna, tiene muchos, muchísimos, grandes cantidades de amigos trepas que les hacen la pelota en todos los medios, incluidos a los que están en la cresta de la ola política local; pero el vencido, solamente tiene unos buenos amigos.
Señor Morilla, aunque esté en esta otra orilla, mi alma y mi corazón son melillenses pero como da la casualidad de que soy biznieto, nieto, hijo y padre de malagueños, y también me gusta compartir, pues qué quiere que le diga, que también me siento malagueño, igualito que usted con su pueblo peninsular.
Reciba un cordialísimo saludo de este emigrante.


Juan J. Aranda
Málaga 27 diciembre 2002

























Poemas Diciembre 2002 2ª parte



POEMAS DICIEMBRE 2002 2ª PARTE



Transparente te veo, Melilla,
Con mis sentidos en las dos orillas
Encontrados sobre las olas
De este nuestro mar.

Los pinos enanos de tu Lobera
Vecinos de los Victorias Grande y Chico,
Por cimera vigilantes de tu cielo azul,
Oxígeno nos daban, a los niños
De tu barrio de Ataque Seco.

Honda voz, honda garganta
De tus nichos grandes hechos bancos
Eran atalayas de soleados atardeceres, donde
Salían a borbotones las voces,
De melillenses gritando, con amor,
A su madre peninsular.




Recuerdos de los bancos- hornacinas y los pinos en lo alto del Parque de Lobera
Melilla años 60




A GALICIA Y A LOS GALLEGOS
¡Ay!, Galicia, herida por el lodo,
Los españoles, todos, te lloramos
Con amor de hermanos
En esta nuestra piel de toro.

Se nos heló el corazón y
De tristeza se nos inundó el alma,
Al verte, Galicia, herida por
Por la mierda asesina del Prestige.

Esto es lo que siento por nuestra región gallega, herida que durará, según los técnicos, veinte años en sanar de sus costas llenas del pestilente fuel, petróleo, chapopote o lo que sea, para mi es una gran masa de mierda apestosa que ha dejado en la ruina a millares de trabajadores gallegos.
Algunos versos de la gran Rosalía de Castro se podrían cantar en la actualidad, pero no contra los voluntarios altruistas que llevan varias semanas limpiando toda la mierda que los desaprensivos mafiosos, amos y señores del dinero guarro de paraísos fiscales que navega por todos los mares y cerca de nuestras costas, sino contra los políticos demagogos, y el que esté libre de culpa que se calle y deje de tirar piedras, que a lo mejor le caen a él, pero el que la tenga que se aguante con las críticas al haberles pillados con el culo al aire en el campo cuando practicaban el arte de Diana. Ellos saben que esas críticas van compensadas con los sueldazos que les pagamos entre todos los españoles. Los versos son aquéllos que hablan de la injusticia del poder central, en el siglo XIX, contra sus paisanos :
“ Foi a Castilla por pan, / e saramugos lle dieron; / déronlle fel por bebida, / peniñas por alimento.
“Déronle, en fin, canto amargo / Ten a vida n-o seu ceo...... / ¡ Castellanos, castellanos! , / tendes corazón de ferro .”
Debido a la desidia de los gobernantes centralistas con su región, Rosalía escribió versos de indignación y algunos en plan separatista como :
“ ¡ Castellanos de Castilla ! , / tendes corazón d’aceiro, / alma como as penas dura, / o sin entrañas o peito.”
“ Probe Galicia, non debes / chamarte nunca española, / que España de ti se olvida.....”
Yo como español de a pié, uno mas entre los que votamos, pienso que la aplicación de estos versos llenos de reproches de María Rosalía Rita de Castro, la gran poetisa gallega, algo tienen que ver en la actualidad, si no en el fondo de la cuestión si en la forma en que se ha llevado a cabo el desbarajuste de la limpieza de las costas gallegas. Es mi opinión y si alguien desea disentir salúdole respetuosamente.

Juan J. Aranda
Málaga 19 de diciembre 2002

A Carlitos 24/12/02

A CARLITOS, UN MELILLENSE NACIDO EN MÁLAGA

En noviembre del 2001 yo escribía sobre el fatal alumbramiento de dos niñas melillenses, mellizas, nacidas en Málaga; digo fatal porque las dos fallecieron; una se quedó en el limbo de los niños chiquitillos antes de que la madre, Noelia, la pariera, la otra falleció al día siguiente de nacer, juntándose con su hermana para toda la eternidad en el sitio donde quisiéramos todos los mortales pecadores ir apenas se nos olvide de respirar. Los padres, melillenses, jóvenes, sanos, buenas personas, honrados, muy trabajadores, todo lo que los padres deseamos, como algunos tenemos la suerte de poseer hijos así, con grandes deseos de tener descendencia, como cualquier matrimonio, mira por donde, hace una semana Noelia ha parido un hermoso varón en el Hospital Materno Infantil en ésta ciudad de Málaga. La fortaleza de sus espíritus y su juventud han sido los elementos básicos para que volvieran a desear tener entre sus brazos otro hijo; que por cierto, es guapísimo .
Yo he tenido el privilegio de acompañar al padre, Carlos (soy su tío) a inscribirlo en el Registro Civil malagueño; qué menos que registrarlo en la ciudad que le dio el primer beso de luz, como a sus hermanas, hace ahora un año. Y ustedes se preguntarán, porqué Noelia ha tenido que ir a parirlo a Málaga, ¿es que en Melilla no se puede parir ?; a lo mejor es que en nuestra ciudad no hay esos “preparos” que existen en el Materno de Málaga o a lo mejor no se fiarían de cuando: “Mire usted que no me las siento”. “Nada, tú, tranquila, y reposo, mucho reposo ....”, y claro que con el aconsejado reposo del anterior embarazo una de sus hijas venía sin vida y la otra, que era una preciosidad, falleció al día siguiente. Todo esto que les cuento es para recordar la tragedia de hace un año y festejar la alegría actual, porque de verdad de la buena, es un alegrón, y también a los que han olvidado el juramento, aunque sea simbólico que le hicieron a Apolo, Esculapio y demás dioses y diosas de la medicina; me refiero a aquél Hipócrates que deseaba curar a los enfermos sin cobrarles nada; qué jilipollas, pobre hombre; aunque tengo que decir que en la actualidad existen, para el bien de la medicina, miles de esos “ilusos”, como el personal que ha atendido a Noelia en el hospital malagueño, hospital puntero de Europa en muchos campos de la medicina.
Y para cambiar un poco el tercio, y sin salir de la familia, tengo que decirles que tengo un nuevo amigo, y es el abuelo de Noelia y bisabuelo de Carlitos (desde hoy le llamaré asi: Carlitos). Este señor se llama José Jiménez López y junto a su hermano Leonardo eran jugadores de un equipo de fútbol del barrio de Del Real denominado “Tarrasa”. Si hay alguno de aquéllos años, cuarenta y cincuenta, creo que recordará el equipo con el nombre del pueblo catalán. Cerca del Matadero Municipal, en la calle Gurugú era donde se peleaban por el balón en sus tiempos mozos; que ya hace mas medio siglo. Cuando me dijo que tenía cumplidos 79 tacos de almanaque me pareció que estaba de broma, porque la verdad, nuestro amigo Pepe es un cachondo, con perdón y parece que comunión cumplida, tiene recién cobrada la jubilación, o sea, los sesenta y tantos. Mi amigo Rafalito dice que a los viejos de hoy en día parece que los conservan en formol; otro que se las trae con sus retrancas. Pepe, así es como le gusta que le llamen, mientras que su nieta traía a su biznieto a la vida, me contó que sus padres poseían una panadería en lo alto de la calle de La Legión, concretamente, en el número 72, llamada “El Moreno”; y ahondando mas en la panadería me dijo que antes se llamó “La Africana”, y ahí sí que me vino a la memoria de haber escuchado de niño que en el barrio de Del Real, en los años veinte, un taxista compraba cada día unos bollos deliciosos. ¿Se imaginan a un taxista de aquéllos años, montado en un Ford con estribos, con ruedas macizas, yendo a todo lo alto del barrio Del Real a por unos bollos de pan a la panadería “La Africana”? . Así era aquél hombre, otro bisabuelo de Carlitos, que hoy contaría los cién años.
Desde estas líneas deseo que Carlos y Noelia, mis sobrinos, sepan que un hijo es como una pregunta que le hacemos al destino, pero que si hacemos como decía Schopenhauer, que el destino mezcla las cartas y nosotros las jugamos, deben ser buenos jugadores porque han tenido buenos maestros que les enseñaron, sus padres.
Que el niño que nace cada 25 de Diciembre los bendiga y les de fuerzas y salud para verlo tan alto como el padre.
Reciban un cordial saludo.

Juan J. Aranda

Málaga 24 de diciembre 2002












Antiguas navidades postales 15/12/02

ANTIGUAS Y AÑORADAS NAVIDADES POSTALES

Mucha gente cuando llegan estas fechas se sienten tristes porque a algunos les falta un ser querido o un amigo que se fue para siempre y no puede compartir la alegría; para mi siempre han sido de trabajo extra, como en muchos trabajos, como la policía, como el personal de guardia de los hospitales, por nombrar algunos; en Correos en estos días, siempre era ir a lo “loco”. Hace no tantos años en mi casa se cenó en Navidad cerca de las doce de la noche; y todo era por una pata de céntimos, de peseta, naturalmente, y hasta que no se cuadró todo el balance del día la veintena de compañeros que pagábamos los giros por las calles de Málaga no nos pudimos ir a casa; pero los jefes sí que estaban zampándose su cena tan panchos. Las felicitaciones, algunas eran en tarjetas de visitas, enviadas en sobres miniatura. Imagínense la clasificación y emparejamiento de los distintos modelos de sobres, que se resbalaban sin poder dominar el puñado, todos dispuestos para el reparto, y sin carritos que te llevaran el peso, como ahora. Entonces las carteras de reparto eran de cuero que pesaban casi tres kilos vacías; llenas eran un miúra que te dejaba la espalda hecha cisco. Aquí en Málaga, un compañero cachondo la bautizó con el nombre de: “ suavizalomos A-3”, éstas eran las mas grandes. Había carterias que cuando venían las avalanchas navideñas las cartas, los impresos, las felicitaciones, y no digamos los paquetes, parecía que tenían vida propia; los había por todas partes, por encima de las mesas, debajo de ellas, en las sillas, en cualquier cajón de cartón que sirviera para la clasificación, en el suelo, en las escaleras interiores del edificio, en fin, cualquier lugar era bueno para depositar tus cartas clasificadas y dispuestas para que los distintos destinatarios los recibieran con la ilusión propia de estas fechas. Luego, en la calle, venía el reparto y con él, el trato con tus vecinos que ya eran tus amigos; para mi era lo mejor, ver a la gente esperándote con el semblante de alegría : “ de su hijo, señora Antonia ....”, anciana que siempre esperaba alguna carta de su hijo de Alemania y que había que leérsela, porque en sus tiempos no hubo nadie que se preocupó de enseñarle lo mas básico en una persona: la lectura. Aparte del exceso de trabajo y los perennes cánticos de villancicos y los niños del colegio de San Ildefonso con su cantinela en la radio o en la tele, había un problema añadido y era que en cada casa que entregabas algo había una bandeja con una botella de coñac, otra de anís y un puñado de borrachuelos; terminando algunos compañeros con un cebollón alegrete. En mis tiempos de ingreso, allá por el año sesenta y tres del siglo pasado; qué lejano parece, y ya ha llovido algo, hubo un servicio, un tanto tercermundista, que por fin se eliminó de muchas oficinas de Correos, y era tener a un funcionario encargado de rellenar los impresos de giros y de certificados a muchas personas que no sabían escribir. En Melilla, en mis tiempos de colegial, había un señor con una bata azul y una máquina de escribir antediluviana, a la entrada del patio de ventanillas que era quien tenía ese encargo. Un compañero, antiguo telegrafista y amigo mío, estuvo una temporada en ese servicio en nuestra ciudad (un abrazo para él).
Hablando de mi edad colegial recuerdo que muchas Navidades Don Julio, mi maestro de música, nos llevaba a todos los chaveas a varios centros, como el colegio de Los Hermanos de la Salle, al edificio de los Sindicatos, entonces C. N. S. (Comemos Nosotros Solos), al hospital de la Cruz Roja a cantar villancicos. En todos los sitios trincábamos algunos dulces. Las pastorales organizadas espontáneamente eran otra cosa; ahí cada uno se buscaba su instrumento como podía, lo mismo daba una botella de Anís del Mono para rascarle la tripa llena de “pelotillas”, un pandero de mi vecina Maimona, una zambomba comprada en la calle Margallo, que un triángulo hecho de una cabilla de acero por mi padre en la fragua; y lo mas importante, nuestras voces y nuestra alegría al ir a cualquier casa de cualquiera de nosotros. Pero siempre había alguna persona como la abuela, llorosa ella, que se acordaba de su hijo muerto en la guerra del treinta y seis, o de su hermano que desapareció en la retirada de Dríus en el veintiuno, o el hombre que estaba enfermo y acababan de hacerle una radioscopia (radiografía) y no podía probar bocado, el pobre. Pero lo mas penoso era que en muchos hogares no había de nada, solo hambre y donde hay jayuya y falta el parné siempre hay disgustos, y como decía un gran escritor: “ El que no tié parné hasta las moscas se jiñan en él ”. Yo pienso que con el estómago vacío nadie puede ser sensato y por eso vienen los problemas.
En estas fechas, ¿ y porqué no en todas las del año ?, hay que recordar al gran pacifista Mahatma Gandhi que decía ; “Todo lo que se come sin necesidad se roba al estómago de los pobres ” . Yo no soy quien para dar consejos pero sí que me gustaría que cuando brindemos por nuestros seres queridos en las cenas pantagruélicas con el clásico chín chín del cava, nos acordemos de los que no tienen nada. Es mi opinión que cualquiera puede matizarla como guste.
Felices Pascuas y que el 2003 se lleve toda la fulañí que nos trajo el Prestige a Galicia; ojalá.


Juan J. Aranda
Málaga 15 de diciembre de 2002

Al mal tiempo una sonrisa 10/12/02

AL MAL TIEMPO UNA SONRISA

Hay momentos en que cuando el ánimo tiene una altura que llega a los talones uno debe ponerse contento y desear transmitir esa contenturria a todos los que lo rodean . Yo, discúlpenme, soy así; intento transmitir algo de humor de esta tierra, que es muy parecida a la nuestra, mediante este medio; aunque sea jocosa y algo escatológica. Más escatología que lo que está ocurriendo en Galicia, Cantabria, Asturias y Euskadi (Las Vascongadas) no creo que haya en ninguna costa del Planeta. ¡ Qué vergüenza ! .
Como ya digo en algunos escritos enviados desde esta orilla peninsular, Málaga tiene el Gran Diccionario Popular de Málaga y Provincia que leo con asiduidad comprobando frases y canciones que mucha gente antigua de Melilla, malagueños de nacimiento, cantaban con jocosidad recordando los carnavales de los años veinte y treinta, cuando nuestra ciudad era El Dorado de muchos andaluces y otras partes de la Península.
Hubo un taxista (él decía que era chaufer, tal como suena) de aquéllos felices años que decía que las muchachas melillenses cantaban : “ Si mi novio fuera chofer / y yo fuera la chofera / ¿ dónde iríamos a parar ? /: al Peñón de la Gomera / ”. Y nuestra compañía de autobuses, la C.O.A, muchos melillenses octogenarios recordaran que por aquéllos años su nombre abreviado de Omnibús Automóviles Melilla, Sociedad Anónima, era O.A.M.S.A; los melillenses de entonces le sacaron un chascarrillo que decía : ¡OAnimales Melillenses Subirse Aquí ”. Hay otra canción en plan de coacción que dice : “ Si me guardas el secreto / que en la cama me he cagao, / yo te guardaré el tuyo / de que lo tienes pelao / “. Otro que puede ser entendido según el pensamiento de cada cual es : “Y yo arreglando el arado;/ tú vienes comiendo queso, / y mientras tanto pienso / arreglarte el postigo de abajo / con este clavo tan tieso / “.
Mi amigo Ricardo Redoli en su primer libro de chisnetos, (chistes convertidos en sonetos) de los
tres publicados, en la página 72 con el título “El padre primerizo en la maternidad “ dice así :

Un padre primerizo que, impaciente,
Espera la llegada de un bebé
Se ha fumado diez puros y se ve
Que es culpa de los nervios, claramente.

Al rato, se le acerca la enfermera
Y le dice esta frase mientras guiña:
“Le doy la enhorabuena, ha sido niña.”
Diez minutos después es la doctora:

“Tiene otro más, un niño muy hermoso.”
Y, asi, llegaron cinco en una hora.
“¡Tengo una chimenea formidable!
-el padre, entusiasmado, rompe en gritos.”
Y observa la doctora en plan chistoso :

”Pues, límpiela, sería aconsejable :
los cinco que ha tenido son negritos.”

Reciban un cordial saludo y a los enfermos que procuren reír para que se curen prontito.

Juan J. Aranda
Málaga 10 de diciembre de 2002

Poemas Diciembre 2002


POEMAS DICIEMBRE 2002



Te oigo y te amo, Melilla,
Desde esta tierra a cada instante,
Tierra de mis antepasados
Contra los aluviones luchando que
Cruelmente arrecian en tu pecho,
Ancho de amor hacia tus hijos.

En tus hermosas calles
Escucho tus firmes pasos
Cruzar un valle de cardos
Que crecen a cada instante.

El cortesano Damocles y su espada
Siempre nos amenaza a nosotros, tus hijos.
Con mi corazón melillense
Clamo a tu cielo azul, como tu bandera :
“Mira tus hijos que te sonríen
como las flores de tus pensiles
Lobera y Hernández”.










Pensamientos desde la distancia motivados por los escándalos de toda índole

(Escritos en 1985 que pueden servir en la actualidad )











Si ayer en tus calles te quería,
Hoy en esta Málaga la Bella,
Igual que en el Bonete te veía,
Brillar tu cielo como una estrella.

Acercando mi oído a tu nombre
Siempre escucho tu mar romper
Con besos húmedos azules
en tus desnudos acantilados.

Desde el otero de Ataque Seco
La claridad del amanecer y su hermana,
La sonrisa de la mañana,
Con cariño te saludan siempre.

Majestuosamente, en sus vuelos, se divisan
Los negros painos y las níveas gaviotas
Sobre el camposanto de héroes
En pos de los peces de la Piedrahogá





Desde los Montes de Málaga en los años noventa, recuerdos de un chavea del Barrio de Ataque Seco de los años cincuenta




Algo sobre una adopción tardía 08/12/02

ALGO SOBRE UNA “ADOPCIÓN” TARDÍA

Cerca de la biblioteca donde paso mi tiempo de lectura y apuntes, como un simple estudiante, y junto a mi buen amigo Don Rafael; como sabrán Rafalito es solamente para los amigos, existe un panal donde deben trabajar miles de abejas. He aprendido de Rafalito que a las abejas, si no les haces daño, ellas tampoco te lo harán a ti; pero no me digan ustedes que no te entra un poco de temor cuando ves a tu alrededor unas pocas de ellas queriéndote pinchar, porque piensan que le vas a hacer daño a su reina, como a mí me pasó en la cuesta del Nacional frente a Correos hace casi medio siglo. A mi madre le gustaba decir: Cuesta del Kursaal, porque al Cine Nacional, en su inauguración, parece ser, se le bautizó con ese nombre. Aquél día fue para mí un renacer porque me picaron varias de ellas –el ciento y la madre que las parió, creo yo- dejándome el cuerpo hecho un cristo; y todo por trincar un poco de miel a fuerza de meter un palo por el agujero que había en la pared, donde luego se instaló la casa Kraemer (Mercedes). Bueno, volviendo a mis laboriosas vecinas de la biblioteca; resulta que a veces una de ellas, debe ser tonta, la pobre, revolotea junto a mis palabras buscando alguna flor donde libar su esencia. Yo, egoísta, mas bien bromista, la dejo sabiendo que le será imposible llevarse nada, porque solo es papel y tinta; sobre todo mucha tinta ya que es una biblioteca. Se le ve muy laboriosa y curiosona pero inocente cuando me amenaza con su estoque de defensa. Debe saber, quizás me huela, que soy un goloso empedernido y que su miel me encanta y su polvo de las flores que deposita de sus patas colorea mi cuartilla dándole el aire de un cuadro de abstracto dibujo. Yo, que soy muy bautizador, le he puesto de nombre, Margarita, como una niña que vivía en una casa de la calle Sagasta, muy cerca del cementerio. Esta niña tenía la manía de llevar un alfiler y pinchar al niño que se metiera con ella, la muy brujita. En Melilla hubo un tiempo que muchas niñas, mas bien zagalonas, les daba por hacer eso; ¡qué gracia, verdad!, y todo era porque llevaban bordado su nombre, Margarita, por ejemplo, en la blusa a la altura de un pecho, y nosotros los niños desvergonzados les decíamos que nos presentara a su hermana, o al menos que nos dijera su nombre ya que el de la otra lo llevaba bordado encima. Margarita, mi vecinita la abeja, a veces trae a varias de sus hermanas para presentármelas; como si yo fuese amigo de toda la vida, al menos eso es lo yo que creo. A una la llamo Sofía, que es la que mas se acerca a mi mano con insolencia; las demás, desconfiadas e indolentes, se marchan sin despedirse; yo les digo adiós con mi bolígrafo levantado mientras que el lector de al lado se levanta lentamente sin hacer apenas ruido.
“Tu has debido ser un niño muy amontonado de risa”, me dice Rafalito. Qué creen que le contesté; pues que si, que me amontonaba mucho y que aun me sigo amontonando como si tuviera diez o quince años; desgraciado sería si mi amontonamiento no fuese de alegría y de risa. Amontonarse, según mi amigo anciano-octogenario es reírse de todo y con todos, pero nunca de nadie. A mi me encanta conversar con él y mas cuando me dice cosas de Melilla en plan poético. “ Juanito te he escrito unas líneas para tu periódico y me gustaría me lo enseñases si te lo publican, ahí van : Melilla es una ciudad que entreteje su alegría florida con fragantes herencias de siglos de gloria patria. Con un cielo azul entero y sin nubes grises que lo empañen. ¿ Te gustó ? “. Y a quién no, mi querido amigo. Este hombre es un enamorado de nuestra ciudad y yo como melillense, y porque tengo deseos de ser maestro de ceremonias, le he dado el grado de melillense adoptivo. Si alguna autoridad de Melilla no está de acuerdo que lo revoque y ya está; Rafalito es un hombre comprensivo y no le dará mayor importancia de la que tiene. Pero yo pienso qué menos que a un señor, que sirvió a la Patria en nuestra ciudad hace sesenta años, y que aún conserva en sus retinas sus calles, sus edificios, su soldado de la Plaza de España y su cuartel, y mas que nada a sus mujeres de ojos de fuego, como él dice, no se le imponga ser hijo adoptivo de Melilla. Yo, de momento como les digo, lo he adoptado sin contar con nadie. Don Rafael, Rafalito para los amigos, malagueño, educado, buen conversador, muy limpio, con olor a colonia cara, y muy buena persona, amigo de Juan J. Aranda, melillense del Callejón del Aceitero, es adoptado por éste como hijo adoptivo del mismo Callejón y también de las calles Castellón de la Plana, Duque de la Torre y adyacentes, incluido el cementerio que tanto le gustó en su etapa de cuando estuvo sirviendo a la Patria. ¡Ah!, también queda nombrado alumno honorífico, con carácter retroactivo, de la banda de música (a él le gusta el fliscorno) de Don Julio Moreno, también del Colegio de Ataque Seco, hoy España; visitador y bañista del “Agarraero” en los Cortados, hoy desaparecido; de la “Piedrahogá”, también desaparecida; de los baños en la Ensenada de los Galápagos, antiguamente llamada de Los Viejos; del arrastramiento de latas el domingo que resucita Jesucristo, (menudo follón armábamos); de todas las carreras en bicicletas de piñón fijo alquiladas en el Rastro, espinillas dañadas incluidas ¡eh!, y muy particularmente y también con carácter retroactivo queda adoptado como amigo de todos los amigos de la infancia del tal Juan J. Aranda; y si algo se le ha olvidado a éste, quede también adoptado. Mas no puedo hacer yo; Rafalito te he adoptado retroactivamente desde mi niñez, ahora en nuestra vejez, (tú eres mas viejo, lo siento) somos amigos de los de verdad, de los chachi.
Espero te guste, aunque seas adoptado, ser hijo de Melilla, lo mismo que yo lo fui de Málaga por un compañero, ya fallecido, que se llamaba, Antonio López Yeto. Éste me impuso “La Medalla Malagueña del Puro y Genuino Cachondeo”, la cual acaricio cada vez que me pongo malito.
Reciban un saludo.



Juan J. Aranda

Málaga 8 de diciembre, día de las Conchitas, 2002

Al premiado poeta Eladio Algarra 07/12/02

AL PREMIADO POETA ELADIO ALGARRA

Hoy, sábado 7 de diciembre, he asistido en el Liceo de Málaga ( Peña Malaguista ), en la céntrica Plaza del Carbón, al acto de entrega de los premios de poesía que este diario anunciaba el jueves 28 del mes pasado. Como se pudo leer el jurado estaba presidido por el Presidente Nacional de Escritores, José Gil Martín y por la delegada en Andalucía, María Eloísa García Lorca, así como el tesorero Juan Antonio Plaza Montoya y el delegado general para Ceuta y Melilla, Juan Carlos Heredia. A nuestro poeta melillense, Eladio Algarra Jiménez, le hizo entrega otro poeta, Antonio Urbaneja Fernández, del Primer Premio de Poesía, Del Sindicato Nacional de Escritores Españoles, Premio Otoño de Poesía 2002. La metopa donde figura esta leyenda es de forma de corazón y con una doble águila por cimera. Tuve el privilegio de ser el primero en tenerlo en mis manos cuando a nuestro Eladio lo invitaron a recitar su poesía: “Estorninos y Golondrinas en los Cielos de Melilla”. Declamada brillantemente con una sencillez y un amor hacia nuestra ciudad, que a pesar de que su voz estaba quebrada por el resfriado pillado en la travesía, sonaba fuerte y clara, emocionando a la sala repleta de personas amantes de las letras y el teatro. “ (....) Alegrando las dormidas calles, / Sed bienvenidos jóvenes alados / estorninos en suerte,/ entre piruetas y silbos como mensajes, / MELILLA festeja su regreso / liberada de sus propias soledades. (... ) Árboles de los Parques Lobera y Hernández / reservan para vosotros sus ramas / a una MELILLA, crisol de lazos eternos / vosotras para el nido, yo para nutrir el alma, (...) / “ . Estos versos entresacados del poema premiado son del merecido reconocimiento literario que se le ha otorgado.
Tengo que decir, por si no lo sabían, que yo no conocía a Eladio personalmente, solo por sus poemas llenos de melillismo y sencillez en sus versos humildes que llegan al alma con nobleza, sin soberbia ni presunción, como todo gran poeta. La puerta que usa Dios para entrar en nosotros es el corazón y los poemas de Eladio Algarra son la puerta de entrada hacia el cielo azul de nuestra ciudad.
Yo a Eladio me lo imagino, maestro de escuela, no profesor de EGB, como sus antecesores de la Institución Libre de Enseñanza, enseñando a dudar lo que enseñaba; deseando que sus discípulos lo aventajen en todas las materias. Ese es el buen profesor, el que hace que sus alumnos duden y busquen en la lectura las respuestas a sus explicaciones .
¿ Porqué fui a la entrega de los premios de poesía ?; muy sencillo, porque se lo entregaban a un melillense, acreedor del mismo; y también porque deseaba conocer al poeta que leo cada domingo y me influencia con sus versos. Me presenté a él y le dije mi nombre; nos dimos la mano sonriente y acto seguido le noté el habla melillense de los residentes en la ciudad, nuestro habla característico que yo, por desgracia, he perdido por la influencia de la peninsularidad. Por si no lo saben, los melillenses residentes en Melilla tienen un habla, un deje distinto de los melillenses que vivimos en otra ciudad. La sencillez de Eladio y su aspecto de buena persona no me extrañaron nada porque sus versos lo delatan cuando se leen. La incipiente amistad que ha nacido en esta otra orilla se ha fundido con nuestro melillismo sincero, que es por la ciudad en que nos recibió con los besos de una madre.
Si el otro día lo felicitaba por la obtención del premio, hoy le envío un fuerte abrazo de amigo y melillense esperando que cada domingo me influya con sus poemas.
Eladio Algarra Jiménez: MUCHAS FELICIDADES, PAISANO.
Juan J. Aranda Málaga 7 de diciembre 2002













Algo sobre el habla andaluz 02/12/02

ALGO SOBRE EL HABLA ANDALUZ


Desde hace un tiempo la televisión andaluza ha sacado la vieja reivindicación del habla andaluza, como queriendo mantener una norma para que el tópico, mas bien topicazo, del ceceo o seseo, según la región de Andalucía, sirva de reivindicación cultural de estos lares. Hay quien propone que el andaluz se enseñe en los colegios desde muy temprana edad y yo, que soy un neófito en estas lides, me pregunto si, en vez de enseñar andaluz en los colegios, que ya se aprende en la calle, porqué no se enseña otra lengua aparte de la oficial, el castellano. Hace muchos años, casi cuarenta, cuando yo prestaba mis servicios postales en Barcelona, muchos catalanes, hijos de andaluces, de castellanos, de murcianos, de gallegos, etc, (charnegos en plan peyorativo) y castellanos mesetarios, de los que dicen Madriz en vez de Madrid, se mofaban del habla de muchos andaluces diciéndoles (a mí también) que éramos unos analfabetos cuando al pronunciar algunas palabras nos tragábamos las eses del plural y el ceceo y seseo lo pronunciábamos con zezeo. Recuerdo que el gran periodista y legendario locutor de radio, retransmisor de tantos partidos de fútbol y de toros, Matías Prat, cordobés, dijo que al principio de su carrera se vio obligado a pronunciar las ces y las eses finales del plural, y él tomó la norma de cuando pronunciara una palabra que lleva una c convertirla en una efe, por ejemplo : cacería, la convierte en cafería, y muy pocas personas lo nota; claro que Matías Prat es un maestro del lenguaje al que admiramos mucha gente. Pero yo pienso que por muy políglotas que sean las personas cuando uno se corta al afeitarse o comete algún error imprevisto, siempre utiliza la lengua de su tierra, o sea la materna : “¡ joé, ya me cortao ¡”. Si a un zamorano o a un vasco le dices que se te ha caído un anillo por la madrevieja le sonaría raro si no sabe que en Andalucía, y concretamente en Málaga (en Melilla también), una madrevieja es un sumidero destinado a recoger las aguas de lluvia o las inmundicias de un patio, una vulgar alcantarilla. La exclamación : ¡ Jesús !, utilizado con sentido de espanto, susto o conmiseración o admiración, o cuando alguien estornuda. Sobre esta última acepción en verdad se exclama: ¡ Jesús, María y José !; Díaz de Escovar en Curiosidades Malagueñas dice: “La epidemia de 1522 se llamó el Moquillo y consistía en una destilación venenosa (....) que obligaba a estornudar, produciendo una muerte instantánea. Éste estornudo mortal parece dio origen a las palabras Jesús, María y José y que aun muchas personas se lo dicen al que estornuda”. Bueno, pues si alguien exclama : ozú, qué guapa es (Jesús, qué guapa es); o esta otra que se escucha a menudo :oú, qué malito estoy (Jesús, qué malito estoy). Agüelo por abuelo; aguaúcho por aguaducho (puesto callejero que vende bebidas); alúa por hormiga alada, y chocho según el D.R.A.E. es vulva, en uso vulgar, pero en Málaga, según le Diccionario Popular de Málaga y Provincia tiene varias acepciones: “A la mujer con poco juicio se le llama chocholoco; cuando tiene muy abultado el vientre es chochilantera; la solterona es chochomanío, y a la beata poco agraciada es una chochotriste ” . Muchas de estas palabras en Melilla se usan desde siempre pero en Andalucía, y concretamente en Málaga y su provincia se usan todas, por eso mi opinión, aunque sea pobretona y baldía y no me hagan ni caso, es que en las escuelas de Andalucía se enseñe una segunda lengua, aparte del castellano porque como digo anteriormente, en la calle se aprende a hablar en el idioma que hablan los del lugar, enriquecido con el de la inmigración, sea en Almedinilla de Córdoba, Ogijares en Granada, Lora de Estepa en Sevilla, en la barriada de El Palo en Málaga, o en cualquier parte de Andalucía.
El poeta Salvador Rueda, respecto a las sardinas, decía en uno de sus romances, que pregonaban los clásicos cenacheros, vendedores de pescado por los barrios de Málaga :“ Con sus túnicas divinas, / que la luz besa temblando, / llevo vivas y saltando / las relucientes sardinas ” . Y otro poeta malagueño, conocido en Melilla por haber llevado una calle céntrica su nombre, Arturo Reyes Aguilar, decía respecto a las mujeres que se ganan la vida con sus cuerpos en plena calle, como en la actualidad se puede observar en cualquier ciudad : “ Debajito de aquélla farola / están haciendo un tratito / un señor y una señora / ”.
“ Deja la niña zangón, / que tú tienes quince años / y la niña veintidós ”/. Esta es una canción popular de un pueblo malagueño que hace referencia a un chaval de unos quince años que empieza a despertársele el gusanillo del sexo.
¿ De verdad creen ustedes que estas expresiones se aprenden en un colegio andaluz ? . Mi menda, y servidor de ustedes, no se lo cree porque el sistema escolar que no tenga el cimiento de los padres es como un saco sin fondo . Es mi opinión; y si es discutida y matizada, tanto mejó (mejor) .
Reciban un saludo .

Juan J. Aranda

Málaga 2 de diciembre 2002

Felicidades al poeta melillense Eladio Algarra 30/11/02


FELICIDADES AL POETA MELILLENSE ELADIO ALGARRA



Hay veces que cuando leemos un periódico, nuestro ánimo se altera por las noticias, siendo éstas a veces agradables, y otras que causan rubor y pena, quedando obligados a defender el buen nombre de nuestra ciudad de los ataques de gente que la manchan ignominiosamente. Ahora, como siempre, el turno de limpieza de su buen nombre nos compete a los melillenses residentes y a los miles que vivimos en esta otra orilla, (las Casas de Melilla en la Península ya se han puesto a disposición del Presidente de la Ciudad para elevar “a las cotas mas altas el nombre de Melilla “), y no crean ustedes que es fácil para personas atemperadas con ganas de buscar la armonía el pregonar las cualidades de nuestra ciudad en nuestro entorno inmediato con estos chaparrones que le caen de vez en cuando; y lo mas penoso es que no se lo merece. Esto es igual que la mierda que ha soltado el petrolero Prestige en Galicia; mierda que tardarán años limpiar de sus costas para que los pescadores y marisqueros puedan ganarse la vida como siempre lo han hecho.
Hasta ahí la noticia desagradable, y que sea la última.
Las agradables, en plural porque son dos, es que a “Villa Talento” (viviendas de maestros) o grupo del general Orgaz, llevarán los nombres de dos maestros que tuvieron una impronta en la educación de muchos melillenses que hoy peinamos unas cabezas llenas de canas. A D. José Molinares lo conocí cuando era profesor de mi hermano en el Grupo de Ataque Seco, con Villalta de conserje, el que repartía la leche en polvo cada mañana. D. Mariano Bartolomé sí que fue mi maestro en la clase 3ª en el mismo grupo cuando yo estrenaba comunión; y recuerdo a D. Cristóbal Gámez construyendo un mapa de España con las producciones de cada región, que con solo apretar el interruptor de Asturias te salía la producción de carbón, ayudado por los niños de su clase (yo era uno de ellos); a su hermano D. Juan; a D. Domingo Pérez Morán; a D. José Belmonte; a D. José Sánchez del Rosal. En el grupo de las niñas recuerdo a Dª. Martina, a Dª. Vicenta y a Dª. Carmen, esposa de D. Juan Gámez, mis maestras de “preescolar”. Mi guardería de niños cagones era la de Doña Nieves en la calle Duque de la Torre, frente al obrador de confitería y fábrica de caramelos de Dª Ana. Qué feo me resulta decir: Guardería, como si los niños fuesen cosas para guardar, cuando su verdadero nombre es: Amiga, o sea colegio de párvulos al que en Andalucía, y por cercanía también en Melilla se le llamó: Miga.
La otra noticia agradable es que Eladio Algarra ha obtenido el primer puesto de los Premios Otoño de Poesía premiado por el Sindicato de Escritores por su obra “Estorninos y golondrinas en los cielos melillenses”. Dicen que el arte es la filosofía que refleja un pensamiento y sobre todo un estado del alma y nuestro amigo Algarra cada domingo nos deleita con uno de los suyos en este periódico. La poesía es siempre una sorpresa, y creo que debe permanecer en nosotros tan profunda, y a la vez tan a flote como nuestro mar de Melilla, como si viéramos una puesta de sol en toda su belleza. Para mí la poesía de Algarra, como decía el gran Mozart, es la hija obediente de la buena música. Leo que sus versos sobre Melilla solo quieren caminar por los senderos y vericuetos con el amor que siente por la ciudad en la que recibimos el primer beso de vida. Nuestra Melilla, la auténtica y musicada con sus jardines y sus calles sin laberintos; la poética y descarnada sin ninguna mezquindad; la zurcidora de recuerdos volátiles oriundos del dios Marte unidos a la vida actual que siempre intenta darnos el color que deseamos. Yo siempre he pensado que nuestra ciudad centrifuga e irradia alrededor de todos los que hemos vivido en ella un hechizo de amor en la distancia.
Desde esta orilla y por estas líneas, envío a Eladio Algarra mi felicitación mas sincera por haber obtenido el primer puesto de los Premios Otoño de Poesía.
Reciban un saludo.


Juan J. Aranda


Málaga 30 de noviembre 2002






Arandilla contesta 25/11/02


“ARANDILLA CONTESTA”

Mi querido señor Morilla, que no se entera; un amigo mío, pelín guasón diría a continuación : “regaera”; pero yo, aunque, como ya le decía en otra réplica, fui a un colegio de balde, concretamente al de Ataque Seco, que no sé porqué le tuvieron que cambiar el nombre por el de España; yo hubiera preferido que el nombre de nuestra Nación se lo hubiesen puesto a otro de nueva construcción; en fin, que mi educación es eso, de colegio de balde e Instituto de García Cabrelles, y calle, mucha calle; lo digo porque fui cartero, funcionario modestito, como mi abuelo, mis tíos, mi primo Juan. Siento un profundo respeto por las ascendencias de las personas, llámese a los apellidos heredados de nuestros padres, y créame, jamás haría burla de alguien con apellidos que no fueran castellanos, como el suyo, o sí que lo es: Morilla, diminutivo de Mora. Aunque no sé si es por el diminutivo del fruto o por nuestras vecinas fronterizas el origen de su apellido que supongo e imagino lo llevará con todo el orgullo del mundo como yo llevo el de mi padre y el de mi madre: Aranda y López y de nombre Juan Jesús, ¡toma ya!. Arandilla, Juanillo, Juanito, esos apelativos me los decían cuando llevaba pantalones por las rodillas y jugaba al trompo, a las chapas, a piola, a los "güesos" de albaricoques, etc., .
Todo esta pequeña exposición de apellidos viene a que en sus “Cosas como son”, que para mi no lo son, a sus cosas me refiero, que quiere que le diga, me tilda usted de chabacano, mentecato y cree que soy su enemigo porque le replico cada vez que ataca a instituciones y a personas de un partido, PSOE, al cual no pertenezco, que se lo digo de verdad de la chachi piruli, que no tengo carnet sociata, pero creo que usted perteneció antaño y sí que tenía su carnet. Yo creo que por pudor o por no entrar en la dinámica que usted desea meterlos, no le replican adecuadamente por no ser esa la línea, o quizás, a lo mejor, supongo que no le dan importancia a lo que usted escribe y como algunos, que me consta, les gusta el cachondeo, se lo tomarán a eso, ergo sopleo. Después de un largo comentario y muchas, muchísimas mayúsculas; -y yo que me creo que lo de las mayúsculas es porque lo dice gritando-, me dice : (....) Esto explica sobradamente que siga sin responder a las críticas que me sigue dedicando este Arandilla que se largó a Málaga para evitarse los problemas en común que los que permanecemos aquí y no en la otra orilla cómoda a donde nunca podrán llegar los cascotes de la traca, si algún día el pescado se pone feo, y este ciudadano se enteraría por Canal Sur, la televisión de su “Señorito Chaves”, ¡ Nos esforzamos en solucionar a diario! . Esto que está en cursiva es lo que me endiña (en caló ) usted.
Señor Morilla: lo peor de nosotros no nace del corazón, como dice al principio de la diatriba que me lanza, lo peor de algunos, solo de algunos de nosotros los humanos, es que los valores morales se pierden sepultados por los económicos, y ahí es donde hay que meter el dedo, pero en la llaga del egoísmo; aunque algunos, con muy mala uva lo meten en el ojo de su adversario (no enemigo) . Y si no me quiere contestar o responder a las “críticas”, que en realidad son réplicas en plan amistoso, a sus diatribas -lo digo por sus mayúsculas y sus signos de admiración- , no lo haga, está en su derecho, pero mucha gente se preguntará porqué tanto ataque hacia unos excompañeros de partido y loas y alabanzas al contrario, que a mi, personalmente me merece el máximo respeto. Porque usted, creo que era socialista, o no ?; ande dígamelo, porfa . Si estoy en esta “cómoda” orilla del otro lado es porque me da la gana, con perdón, faltaría mas, lo mismo que usted está en esa otra, como maestro de escuela, en un colegio de Marruecos, cobrando 800.000 pesetillas al mes (me lo dijo usted). Los problemas que los melillenses tienen en común son los mismos que los malagueños tienen en sus barrios y sus calles, exactamente igualitos; que si las basuras están por las calles, que los perros se jiñan en cualquier sitio, que sus dueños son unos guarros, a pesar que en muchos alcorques vacíos existen letreros donde ruegan a los amos de los perros que se lleven sus mierdas; que están construyendo un Palacio de Congresos cojonudo que vale un pastón, que no hay aparcamientos suficientes, aunque ya hay construidos y están construyendo en muchos barrios, gracias al Alcalde, .... ¡¡ del P.P.!!. Anda, para que vea que reconozco lo bueno del partido que usted defiende, .... ahora, ¡eh!. Por sus palabras me da la impresión que los melillenses que vivimos en la Península, si el “pescado se pone feo y los cascotes de la traca” nunca nos llegarían. Mire usted señor Morilla: los pescados no se ponen feos, se pudren y huelen mal, pero si se congelan, duran y duran como las pilas duracell. Y sobre los cascotes de la dichosa traca, no sea tan trágico hombre de Dios; porque si tiene jindama (miedo en caló), ya sabe, aquí, en esta otra orilla hay muchos pueblos que faltan maestros con su experiencia; pero despídase de las 800.000 calas del ala que el Estado le abona cada mes; bueno eso yo creo que lo sabrá usted bién porque si no que hace en esa otra orilla y no en ésta tan “cómoda”. Yo no sé de donde se ha sacado que el señor Chaves, Presidente de la Junta de Andalucía, es mi “Señorito”. Pero si no lo conozco personalmente y “su” televisión es un bodrio, por lo menos a mi no me agrada, excepto los informativos y las grescas que le monta la señora Teófila en el Parlamento; que por lo visto le ha llamado de todo menos que tiene la mirla muy desarrollada, como le llamó el portavoz de los comunistas; ahora que mi “Señorito” le contestó que él tendría la chorla desarrollada, pero llena de masa gris y el comunista la tenía llena de paja. El sopleo que se lió en el Parlamento Andaluz fue de órdago. De verdad que son como niños. En la Melilla que me crié, nunca ha habido el clásico “señorito”, pero sí que lo hubo, por desgracia, en los pueblos de la Andalucía en que se criaron mucha gente de nuestra edad; pero menos mal que desde que gobiernan sus antiguos compañeros se ha erradicado de todos los pueblos.
Como habrá comprobado si me he referido a algún partido político es para buscar el entendimiento y no la enemistad. En la vida las cosas desagradables hay que tomarlas con una gran dosis de buen humor y no disfrazar la venganza con el manto de la justicia. Yo creo, y a lo mejor me equivoco, que los victoriosos, como en este caso, el partido que gobierna, tiene muchos, muchísimos, grandes cantidades de amigos que les hacen la pelota en todos los medios (radio, prensa, tv) a los que están en la cresta de la ola política local, pero el vencido solo tiene una cosa muy simple y son buenos amigos.
Señor Morilla, reciba un cordial saludo y beba mucha agua que es muy buena para los riñones y para los sustos, (por lo de la traca), y no se me enfade y sonría que cuando se le olvide de respirar los chapones (dinero) se los dejará aquí.
Aunque esté en la otra orilla mi alma de melillense es tan profunda como el mar de Melilla.


Juan J. Aranda
Málaga 25 de Noviembre de 2002


Otra reivindicación y un chisneto prestado 25/11/02


OTRA REIVINDICACIÓN Y UN “CHISNETO” PRESTADO

Hace unos días leo que el Gobierno local no cambiará de nombre la calle Alcalde Rafael Ginel; tras asegurar que el nombre de “Ciudad de Málaga” lo otorgará a otra vía mas importante. De verdad que escapa a mis entendederas esos cambios de nombres de calles; por ejemplo: la de Málaga que la rotularon allá por 1906; en 1915 pasó a llamarse Arturo Reyes a la muerte de éste gran escritor malagueño y desde la década de los cincuenta con el de Abdelkader, también después de su muerte. A la calle Teruel, los de mi generación, siempre la conocimos como Duque de la Torre o simplemente calle Duque. A nuestra hermana mayor la enviaron al actual callejón de La Soledad en la Cañada o Castelar, perpendicular a Padre Lerchundy. Mis modestísimas meninges se preguntan porqué tanto cambio de nombre. Yo que modestamente reivindico una calle, aunque sea un callejoncito humilde en lo más recóndito de un barrio arrabal de la ciudad para mi maestro D. Julio Moreno y nadie en la Casa Grande de la Plaza de España tiene esa cosilla para pensar: “pongámonos en contacto con este sempiterno pedigüeño, ergo coñazo, y a ver que es lo que desea con tanta reivindicación”; pues ni por esas, queridos lectores. Y el caso es que la petición que ha hecho un partido político para que los nombres de José María Antón y el fallecido Andrés Pimentel lleven sendos edificios culturales de la ciudad esta muy bien porque los dos son personajes que han formado a varias generaciones de melillenses. Aunque el señor Pimentel haya fallecido y el señor Antón Andrés siga luchando y amando al teatro, los dos son actualidad; pero D. Julio que hace varias décadas que no se encuentra entre nosotros, lógicamente no es actualidad pero sus enseñanzas perduran en muchos músicos de Melilla siendo ellos su verdadera actualidad perenne y testigos de su profesionalidad como músico y enseñante; y voy a nombrar a tres de ellos, residentes en la ciudad, en representación de una interminable lista, y son: Francisco Roldán, Castillo y José Jiménez. Qué menos que una humilde calle con su nombre para que muchos melillenses sepan que en los años cuarenta y cincuenta hasta su fallecimiento enseñó el bello arte de la música a muchos niños melillenses sin cobrar un duro; repito: no cobraba ni una peseta.
Y ahora vamos a sonreír un poquillo y traspasar el muro que existe entre los dos jardines de la tristeza que con este tiempo tan lluvioso nos ponemos muy melancólicos y tontorrones.
Aparte del octogenario D. Rafael- Rafalito para los amigos-, hombre conversador de fina ironía, tengo otro amigo, Ricardo Redoli, catedrático de la Universidad de Málaga que ha editado, hasta ahora, tres libros dedicados a los chistes que va recogiendo entre familiares, compañeros y amigos, a cual mas gracioso. Los chistes los ha convertido en sonetos, titulando los libros editados como “Chisnetos”. Uno de ellos que no tiene el color de las lechugas se refiere a un catalán que se quedó viudo y quería poner una esquela mortuoria de su esposa fallecida en el periódico local, dice así : “ Un catalán, viudo muy reciente, / decidió publicar tan triste hecho / y al diario local se fue derecho / a poner el anuncio pertinente. /“ ¿Ha pensado la frase, caballero ? “, / preguntó quien llevaba aquél asunto. / “ Anote : Marujita muerta, y punto”. / A lo que el del diario puso un pero / : “ El mínimo de texto establecido / es de cinco palabras; y faltan tres “. / Y el catalán, al borde del estrés, / le dijo al de la prensa, decidido : / Pues, entonces, cambiémosle por ésta : / Marujita murió. Vendo Ford Fiesta ” /.
Hasta la próxima, y a cuidarse.
Juan J. Aranda Málaga 25 de Noviembre 2002






























Una curiosa pregunta y un ferviente deseo 17/11/02

UNA CURIOSA PREGUNTAY UN FERVIENTE DESEO


He visto una fotografía en la que se ve una de las pequeñas puertas del parque Hernández, concretamente la que está frente a la Comandancia General, y me ha llamado la atención, no porque a alguien responsable se le haya olvidado de abrirla después de la feria, que espero que esté nuevamente abierta y la señora que reclamaba su apertura pueda transitar como Dios manda, porque para eso las diseñó el ingeniero militar Don Vicente García del Campo. A mi me recordaba de cuando los niños músicos de la banda del Frente de Juventudes íbamos a la hora de la arriada de la bandera a ver la formación de la guardia y escuchar el toque de oración y observar acto seguido a todos los peatones parándose y a pies firmes mirar con dirección a la balaustrada de la Comandancia. Mi memoria en lo que se refiere a mi niñez en nuestra ciudad es como una patena. Recuerdo que siempre que los soldados de un cuartel, los vestidos de caqui o kaki, por ejemplo, hacían sus guardias, les faltaba un poquito de marcialidad, incluso hasta el corneta de turno, el pobrecillo fallaba en sus notas dándole unos toques que eran de pena. Cuando le tocaba a algún cuartel de Regulares, el nº 2 o el nº5, la cosa cambiaba para bien; su marcialidad era mas militar con esos uniformes de color tierra y las vendas en las piernas. Los cornetas de éstos cuarteles, tanto los de vestimenta de color kaki como los de Regulares, no sé como se la apañaba el oficial de guardia para que fueran todos bajitos y pelones; aunque la verdad sea dicha: en aquéllos años los componentes de las bandas de cornetas y tambores de esos cuarteles eran casi todos bajitos; corrían los años cincuenta y los lectores que peinan canas se acordarán de ello. Y volviendo a la guardia de la Comandancia, cuando le tocaba el turno a La Legión era otra cosa, hasta la corneta era mas grande, siendo ese dato una pregunta sin respuesta que espero de alguien entendido en la materia me lo explique. Ya sé que el tono es mas grave, pero porqué debía (o debe) ser la corneta de la banda de La Legión mas grande que las que se usan en cualquier cuartel. A lo mejor cualquiera de los músicos de la banda o de la sinfónica me lo aclara. Yo sé que el Señor Carmona se informará, si es que lo ignora, y por este medio nos lo dirá. Le digo Señor Carmona, que no es un reto que le lanzo, ni mucho menos, es un ruego que le hago porque sé de su amabilidad y de sus conocimientos militares para enterarnos de estas cosas que aparentemente no tienen importancia pero que para unos pocos curiosos como el que les escribe si que la tiene.
Y cambiando de tema deseo fervientemente que mi amigo Antonio Aznar, Presidente de ADIMEL (Asociación de Diabéticos de Melilla) que la demanda de la creación de una Unidad Diabetológica en el Hospital Comarcal para la ciudad que tiene solicitada la federación melillense sea una realidad lo antes posible. Un abrazo por tu esfuerzo y por tu lucha para que se haga realidad en España las investigaciones con células madres (embrionarias o adultas) y que ese 10% de diabéticos que existen en nuestra ciudad tengan una sana esperanza para su enfermedad y su calidad de vida. Deseo que mi firma sea sumada a las 40.000 recogidas en Melilla.
Decía Max Planck, premio Nobel de física en 1918, que para las personas creyentes, Dios está al principio y para los científicos, al final de todas las reflexiones.
Reciban un saludo

Poemas Noviembre 2002


POEMAS NOVIEMBRE 2002




Gurugú que insultas al tiempo
Sumergido en la historia bañada
Con la sangre de nuestros héroes.
Con tu imponente pico y tu derruido castillo,
Vigilando siempre a mi ciudad
Que a tus pies está
Con sus pensiles florecidos de primavera
Llenos de rosas recién paridas
Con sus estatuas que no lloran
Como la rama al árbol estoy,
Atado a su recuerdo.


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La grandeza de alma
De muchos españoles en Melilla
Inundan las calles de amor.
Este pedazo de suelo africano
Con sus gentes gallardas
Siempre cantan al norte :
“dulce amor de mi vida,
no me abandones nunca,
ese amor que por ti siento
guardalo como un tesoro”.


Año de 1965 (Mi mili en la Desinfección Vizcaya)


Historia de una navidad 18/11/02

HISTORIA DE UNA NAVIDAD


Eran las Navidades en Melilla allá por los cincuenta; su corta edad de diez años y huérfano de padre le impedían ordenar sus emociones infantiles. Nadie sabia cuando era verdad la risa o el llanto de aquél niño tan bueno. Tenía una expresión de soñadora tristeza y sus grandes ojos azules miraban dulcemente a todo el mundo, parecían adormilados, húmedos y melancólicos como muchas noches de invierno. Muchas veces su silencio en los juegos infantiles hacía comprender la amargura y la pena que sentía en lo mas profundo de su pequeña alma. Se llamaba Ricardo, como su padre, muerto de la enfermedad tan común en aquéllos años, la tuberculosis. La envidia infantil que sentía era también la pena de no poseer lo que muchos niños, pobres y humildes como él, tenían en aquéllas fechas tan familiares: la cena en familia de Navidad y la alegría de los pocos juguetes que los Reyes les dejaban en sus humildes hogares. Él solamente contaba con el cariño y el amor de su madre, Cristina; ésta era alta, erguida, de aspecto noble y de ojos alegres, mujer laboriosa que adoraba a su hijo sin mimarlo. También tenía la inquebrantable amistad de un amigo de otro barrio cercano. Éste amiguito se llamaba Andrés, siempre pelado al cero por culpa de los piojos y las miserias de aquéllos años; tenía una constelación de manchas en sus ropas, heredadas éstas de su hermano mayor, llevando siempre churretes y mocos secos en los mofletes dorados por el frío de Diciembre; muchas vecinas le llamaban cruelmente: “El Andarríos”. La madre de Ricardo cuando veía en sus ojos una melancólica expresión propensa al llanto por la burla que era objeto le decía que los colores eran la música de los ojos y como él los tenía tan bonitos siempre podía ella escuchar música cuando lo miraba y le daba un beso cada vez que visitaba a su hijo. Muchos días Cristina, lo mismo que hacía con su Ricardo, lo escamondaba con agua y jabón en el desconchado aguamanil de porcelana que heredó de su madre. A veces si se hacía un poco tarde Andrés no se atrevía ir solo a su casa, teniendo que venir su madre a recogerlo. Un día le dijo Cristina que la Luna le seguiría siempre para que no le pasara nada por las noches, “.... ella siempre te va a alumbrar cuando tengas miedo de venir a mi casa para visitarnos, y el niño Jesús desde su cuna pintará el aire con juegos de luz para que los truenos no te asusten ”.
Madre e hijo eran tan amables que no sabían ser de otra forma. Ella jamás le regañaba; cómo iba a hacerlo si no daba motivo alguno. Al amor de una madre puedes olerle la piel y todo lo que él emana desde que te alimentas en sus entrañas, pero no puedes verle la cara; solo su sonrisa.
Esta historia, como muchas que se pueden ver en estas fechas tan entrañables, se desarrolla en una calle cualquiera de un arrabal de Melilla. La década de los cincuenta, en España, fue de necesidades básicas con respecto a la alimentación; Europa estaba reconstruyéndose de su II Locura Mundial (II Guerra Mundial, 1940-1945) y España, aislada del mundo, llevaba a cuestas su cruel Pelea de Hermanos (Guerra Civil, 1936-1939) ; con un gobierno dictatorial en donde las noticias que daban por radio, como en una parada militar, se anunciaban a toque de cornetín de orden. Un viejo melillense de adopción decía que las guerras se terminarían si los muertos pudieran regresar; con esta ilusión los fabricantes de armas tendrían que dedicarse a otros menesteres. Este hombre tenía cuatro hijos y cuando se refería a los años en que nacieron cada uno de ellos decía: “ La mayor nació en el “Baile” (símil del Movimiento de la Guerra Civil) y los demás en los años del “Dibujo” o “Gazuza” (años de la II Guerra Mundial y la década de los cincuenta)”. Ese mismo anciano, cuando se refería a los años del “Dibujo”o de la “Gazuza” de posguerra decía que en Melilla, por aquéllos años se decía que la miseria era grande, los estómagos pequeños y las digestiones lentas y largas.
Cristina y su hijo Ricardo padecieron las necesidades doblemente al no poder alimentarse como cualquier familia humilde; ellos no tenían nada y lo tenían todo y esto era el amor y la alegría que a cada instante inyectaba la madre a su pequeño hijo cuando lo bañaba o lo vestía con ropas recosidas y humildes pero limpias.
En el colegio donde asistía Ricardo se repartía diariamente leche en polvo y queso cremoso de barra; era el “regalo”, con las dos manos saludándose, de los americanos; residuos del Plan Marshall. Uno de éstos días muchos niños de su clase no tomaron nada guardando sus desayunos en sus carteras junto a algunos dulces que sus madres habían confeccionado en sus casas; dulces de Navidad: borrachuelos, pestiños y roscos con matalahuga.
Cuando Ricardo encontró una gran caja de cartón toda llena de paquetes de leche en polvo, varios pedazos de queso y los dulces de Navidad de muchos de sus compañeros, que su madre no los pudo hacer aquél año por carecer de todo lo esencial, el pobrecito no se le ocurrió otra cosa que decir : “Muchas gracias a todos, compañeros, algún día os lo devolveré cuando sea grande”. Aquéllas Navidades, en ese hogar humilde y lleno de amor, pudieron comer como muchos vecinos lo hicieron. Algunos amiguitos se llegaron a casa de Ricardo para cantar villancicos acompañados de algunas zambombas y panderetas, y había uno, hermano mayor del que tenía la cara llena de churretes, que poseía una voz de barítono que a pesar de su corta edad y con su voz estentórea era el que mas veces decía que los peces bebían en el río donde la Virgen María lavaba los pañales de su hijo, el niño Jesús. A una botella de anís del Mono vacía con sus característicos bultitos en la panza no paraban de rascarla con una cuchara como acompañamiento de percusión. A Cristina, consciente de que era una pobre vergonzante, le rodaban las lágrimas por su rostro joven y ajado prematuramente por la falta de alimentación. Era la primera vez que en su casa, después de una larga enfermedad y muerte de su marido, se celebraba una fiesta navideña donde solo había niños, todos amiguitos de su hijo, alrededor de un belén donde sus figuras eran de madera talladas por el padre de Ricardo en su juventud; la estrella que colocaron encima del pesebre y el agua del río eran de papel de “orillo” plateado de los paquetes de tabaco americano del contrabando que existía en Melilla por aquéllos años. Los cables que colgaban del techo dando luz a las bombillas de los dos cuartos que tenía la casa eran forrados con papel de celofán de varios colores; de igual manera adornaba los cuadros colgados en las paredes recién enjalbegadas de cal, quedando las humildes habitaciones decoradas con colores y sabores a las fiestas que se celebraban.
Hoy cuando ha pasado medio siglo Ricardo es todo un doctor en medicina, carrera que costeó su madre con los sacrificios de sus trabajos mal pagados de limpiezas de casas de personas pudientes y la escasa pensión de su marido, sigue agradeciendo a sus compañeros con su comportamiento en bien de los pobres y necesitados. Yo creo que sus antiguos compañeros de colegio se sentirán recompensados. Éste doctor, como su madre, en su modesta sabiduría le inculcó, siempre ha respetado el juramento hipocrático. Hoy cuando ronda los sesenta años, con una esposa que lo adora y con dos hijos que también son médicos y después de trabajar en varias naciones de Sudamérica en varias ONGs, ejerce la medicina en un barrio castigado por la droga y la delincuencia de una capital importante de la Península. En su modesto despacho, junto a un largo poema de Rudyard Kipling : “....Si el odio pagas con benevolencia / sin alabarte de tu noble acción,......si hablas al vulgo sin acanallarte, / si hablas con reyes sin enloquecer, etc. ...”; y el juramento hipocrático : “...... Juro por Apolo, Esculapales, .. y demás dioses de la medicina que mi único fin será cuidar y curar a los enfermos, etc., ... “; ambos enmarcados y en otro sitio preferente también se puede leer una frase de Thómas Fuller que dice: “Es amigo mío aquél que me socorre, no el que me compadece”.
Ricardo posee como un viejo tesoro una pequeña fotografía de color sepia por varias décadas de vejez en blanco y negro y con los bordes dentados donde se puede ver a una veintena de niños pelones rodeando a un viejo profesor de gran bigote debajo de la sombra del ficus del patio del colegio, junto a la pequeña fuente, testigo de sus juegos, donde otro niño le rodea el cuello con su brazo, como hacen los buenos compañeros; camaradería que aún conservan ambos y muchos de los fotografiados ya que en este medio siglo no han dejado de crecer la hierba en sus caminos de amistad.
Que Dios bendiga al doctor Ricardo y a todos los hombres y mujeres de la Tierra en estos días tan señalados para todo aquél que tenga buena voluntad como ser humano.
Les deseo que pasen unas felices Navidades y que el año 2003 nos traiga toda clase de ventura.


Juan Jesús Aranda López

Málaga 18 Noviembre de 2002

Contestando correo 09/11/02

CONTESTANDO CORREO ATRASADO


Tengo ante mí recortadas varias páginas de este periódico y no sé a cual referirme primero. La acumulación es debido, y valga la redundancia a la otra acumulación de correspondencia que me tiene acostumbrado mi amado Correos por la falta de personal de reparto. Y no voy a caer en el tópico de que aquéllos tiempos fueron mejores, porque no es verdad. Correos funcionaba gracias al personal abnegado y mal pagado. Pregunten a los viejos funcionarios postales de entonces y verán cómo les contestan con una amplia sonrisa socarrona, como queriendo decirles que ya no vale la pena comentar nada.
En el del 29 de Octubre veo una fotografía de la banda municipal que como siempre me hace recordar a la de mi niñez y juventud, la de Don Julio Moreno. Que por cierto, leo que la Asociación de Estudios Melillenses va a realizar, si es que no la ha hecho ya, una petición formal en el Registro de Presidencia para que la Ciudad nomine tres de sus calles con los nombres de Francisco Tortosa, Constantino Domínguez y Francisco Gis. Desde estas páginas me adhiero a esa petición y espero que tengan mas suerte que yo para que mi maestro Don Julio tenga su calle en la ciudad donde vivió tantos años y enseñó música a varias generaciones de melillenses. Yo, como un ciudadano normal y corriente, ¿ no podría realizar una petición análoga a la que ha hecho la A.E.M. ? . Si es así me agradaría que alguien del Registro de la Presidencia me lo notificara por este medio.
Querido Miguel Angel Roldán, tuviste la idea de autonombrarte “el retornado” y yo digo que te equivocaste; tú nunca has retornado a nuestra Melilla porque jamás saliste de ella, igual que tantos de nosotros. Eso lo llevamos en los genes melillenses como tú llevas la tinta de imprenta desde que la Señora Concha te parió; igual que yo llevo Correos y Bomberos desde que María, mi madre y amiga de la tuya, me dio la vida. Pero lo que mas me ha gustado, después de que expusieras tu vida laboral y política intachables, que me consta, es el lugar de tu nacimiento, el portal del Colegio de Médicos junto al Sagrado Corazón y la escalera neoclásica, lugar de juegos y vaciados de esfíteres apretados en el rincón del primer rellano, y no la actual que mas bién parece que vamos a escalar el Himalaya. Mira por donde que cada vez que veo a la alcaldesa de Cádiz peleando con Chaves y poniéndolo verde, con razón o sin ella, en el Parlamento de Andalucía me acuerdo de tu padrino, Teófilo; con perdón de los Teófilos porque el nombrecito se las trae; hasta una murga de Cádiz le decía hace un año a su alcaldesa :”Teo, Teo, que hasta el nombre tienes feo”. Yo no quiero hacer burla de la alcaldesa gaditana, nacida en Santander, porque me merece todos los respetos, eso se lo dejo para las murgas de su ciudad que son unas cachondas. Lo de tu padrino te lo recuerdo porque eres el único de tus hermanos que no bautizó mi tío Miguel, republicano, impresor, funcionario de Correos y gran amigo de tu padre. Así que, aparte de desearte lo mejor, te doy un abrazo porque sí, porque eres mi amigo, ¡ cojones !.
Lo de Don Francisco Morilla, como antes se le llamaba a los maestros de escuela, con el Don delante de su nombre, es de martillo pilón. Este buen hombre es que no para. Haciendo burla al alcalde de San Sebastián le llama : ” Odón, lárgate y desaparece de donde jamás debiste estar, porque no mereces ser Alcalde de San Sebastián, ni siquiera de la aldea de la Guijarrosa donde sólo quedaron una familia, un burro (como Odón), y un pozo seco como su conciencia”. Sobre la aldea La Guijarrosa, que mas bien fue un caserío cercano al pueblo de La Rambla, Córdoba, me gustaría que contara la historia o el motivo de la frase en las páginas de este periódico; creo que serían mas ilustrativas y enseñantes que la sempiterna lectura atacando a los socialistas. O sea que el Alcalde donostierra, según Morilla, es un burro y no tiene conciencia. Le llama “Cabeza rapada” porque es calvo; en verdad que lo es pero con una cara de buenísima persona que se la pisa. Al Secretario General del PSOE, Rodríguez Zapatero le llama, con un poco de retranca, “Camarada Zapatero”. Pide a los “más altos Mandatarios, a la cúpula actual del socialismo español, que nos aclare cuales son los socialistas de ayer, los de ahora y... los de mañana “. Dice también: “ ... que los socialistas de ayer, aquéllos que no cesan de cantar la Internacional con el puño cerrado...”, etcétera. Yo intuyo, presiento, imagino, sospecho, me da en la nariz y todos los sinónimos que quieran darle que Don Francisco Morilla, maestro de escuela destinado en Nador, fue un socialista de ayer y que algún resentimiento debe tener el pobre hombre (cobra 800.000 pesetas mensuales) para haber tenido que cambiar de idea política; aunque de esas es raro el que cambia, a no ser que siempre haya sido de la misma y en la actualidad se encuentre en ella, como los quintacolumnistas.
Termina su exposición asustando a todos los lectores, que recordemos: “..... con profunda pena y dolor de corazón al millón de muertos con el que se saldó aquél estúpido litigio de las dos Españas “. Pero qué trágico, joder. Se ve que ha leído a Gironella; por lo del millón de muertos, que fueron mas. Y de estúpido litigio nada de nada, lo que fue una verdadera canallada entre hermanos que debiera estar para siempre en los libros de historia y no dándole matraca demagógica, ergo coñazo, con el estómago lleno de rencor hacia unos antiguos compañeros de partido.



Juan J. Aranda
Málaga 9 de Noviembre de 2002