Otra reivindicación y un chisneto prestado 25/11/02
OTRA REIVINDICACIÓN Y UN “CHISNETO” PRESTADO
Hace unos días leo que el Gobierno local no cambiará de nombre la calle Alcalde Rafael Ginel; tras asegurar que el nombre de “Ciudad de Málaga” lo otorgará a otra vía mas importante. De verdad que escapa a mis entendederas esos cambios de nombres de calles; por ejemplo: la de Málaga que la rotularon allá por 1906; en 1915 pasó a llamarse Arturo Reyes a la muerte de éste gran escritor malagueño y desde la década de los cincuenta con el de Abdelkader, también después de su muerte. A la calle Teruel, los de mi generación, siempre la conocimos como Duque de la Torre o simplemente calle Duque. A nuestra hermana mayor la enviaron al actual callejón de La Soledad en la Cañada o Castelar, perpendicular a Padre Lerchundy. Mis modestísimas meninges se preguntan porqué tanto cambio de nombre. Yo que modestamente reivindico una calle, aunque sea un callejoncito humilde en lo más recóndito de un barrio arrabal de la ciudad para mi maestro D. Julio Moreno y nadie en la Casa Grande de la Plaza de España tiene esa cosilla para pensar: “pongámonos en contacto con este sempiterno pedigüeño, ergo coñazo, y a ver que es lo que desea con tanta reivindicación”; pues ni por esas, queridos lectores. Y el caso es que la petición que ha hecho un partido político para que los nombres de José María Antón y el fallecido Andrés Pimentel lleven sendos edificios culturales de la ciudad esta muy bien porque los dos son personajes que han formado a varias generaciones de melillenses. Aunque el señor Pimentel haya fallecido y el señor Antón Andrés siga luchando y amando al teatro, los dos son actualidad; pero D. Julio que hace varias décadas que no se encuentra entre nosotros, lógicamente no es actualidad pero sus enseñanzas perduran en muchos músicos de Melilla siendo ellos su verdadera actualidad perenne y testigos de su profesionalidad como músico y enseñante; y voy a nombrar a tres de ellos, residentes en la ciudad, en representación de una interminable lista, y son: Francisco Roldán, Castillo y José Jiménez. Qué menos que una humilde calle con su nombre para que muchos melillenses sepan que en los años cuarenta y cincuenta hasta su fallecimiento enseñó el bello arte de la música a muchos niños melillenses sin cobrar un duro; repito: no cobraba ni una peseta.
Y ahora vamos a sonreír un poquillo y traspasar el muro que existe entre los dos jardines de la tristeza que con este tiempo tan lluvioso nos ponemos muy melancólicos y tontorrones.
Aparte del octogenario D. Rafael- Rafalito para los amigos-, hombre conversador de fina ironía, tengo otro amigo, Ricardo Redoli, catedrático de la Universidad de Málaga que ha editado, hasta ahora, tres libros dedicados a los chistes que va recogiendo entre familiares, compañeros y amigos, a cual mas gracioso. Los chistes los ha convertido en sonetos, titulando los libros editados como “Chisnetos”. Uno de ellos que no tiene el color de las lechugas se refiere a un catalán que se quedó viudo y quería poner una esquela mortuoria de su esposa fallecida en el periódico local, dice así : “ Un catalán, viudo muy reciente, / decidió publicar tan triste hecho / y al diario local se fue derecho / a poner el anuncio pertinente. /“ ¿Ha pensado la frase, caballero ? “, / preguntó quien llevaba aquél asunto. / “ Anote : Marujita muerta, y punto”. / A lo que el del diario puso un pero / : “ El mínimo de texto establecido / es de cinco palabras; y faltan tres “. / Y el catalán, al borde del estrés, / le dijo al de la prensa, decidido : / Pues, entonces, cambiémosle por ésta : / Marujita murió. Vendo Ford Fiesta ” /.
Hasta la próxima, y a cuidarse.
Juan J. Aranda Málaga 25 de Noviembre 2002
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