Réplica 01/04/02
RÉPLICA AL “VIAJE Y AL SUEÑO Y LA PESADILLA DE MARRUECOS”
En las primeras páginas preliminares del libro “Del Rif al Yebala” de Lorenzo Silva, (Ediciones Destino, Barcelona ) concretamente en la nº 9 como diciendo, la primera en la frente, dice : “los marroquíes siguen llevando, en general, una vida dura, y los españoles seguimos, en gran medida, dándoles la espalda”. Para él la percepción que tiene sobre Melilla no es la misma que la de un fin de semana de 1997 (V Centenario). En la página 11 dice que “Melilla tiene unos pocos kilómetros cuadrados, arrinconada contra una playa”; vamos, como los boxeadores que están medio groggy en un rincón del cuadrilátero; pero no se apuren que aun hay mas. En la nº 12 dice que “ a Melilla, como turista en el mes de Julio nadie va, como no sea algo perentorio o ineludible, ya que existen otros lugares y apetecibles destinos que se ofrecen al ocio”. El taxi que los recogió en el aeropuerto “es sucio, viejo y antediluviano, un Mercedes como muchos miles que verán durante el viaje”. Viaja con su hermano y un señor llamado Eduardo. “El taxista es un notorio legionario, tatuajes y las insignias del salpicadero; hasta lleva el águila en la correa del reloj”. Como dedujo que el conductor del taxi era de la Península tuvo ganas de “preguntarle qué motivo le indujo a quedarse en la exigua ciudad colonial ”. Como comprenderán, aquí ya se me saltaron todas mis alarmas de amor hacia la patria chica; por lo de colonia mas que nada. Pero sigamos martirizándonos en plan “masocas”, que hay tela.
Página 13. “Los forasteros que caen en el aeropuerto deben ser en general fastidiados padres que acuden de mala gana a la jura de bandera de sus desgraciados hijos ( han leído bien) a las que la crueldad del sorteo militar destinó a éste agujero africano (siguen leyendo bien, dice agujero)”. El taxista “legionario” les advierte de “los moros chicos”. Lo comprobó cuando “cinco o seis niños y niñas de unos nueve años se organizaron como un remolino siendo el primer contacto con la mendicidad de Marruecos (¿ ) “.
En el mostrador del hotel había “un hombre de aspecto amargado”. Las habitaciones del mismo “son dignas pero viejas”. ¿ Me pregunto qué hotel será ?. Y suma y sigue; “paseando por las calles de Melilla, abandonadas, no pocas de ellas a su suerte por las autoridades”; que éstas tomen nota, porque quien gobernaba entonces (1997) era el PP. La ventana de su habitación da a un patio mezquino y sucio. El aparato del aire acondicionado también, según él, es antediluviano. Se pregunta “qué hace en Melilla a finales de Julio de 1997”, encontrando Melilla “descolgada en el tiempo con un residuo dejado por la historia”. Uno de sus abuelos le tocó hacer la guerra del Rif y alguna vez lo encontraba con la oreja pegada a la radio escuchando una emisora marroquí, “me gusta oírlos, a los morrillos, me traen recuerdos”, dice que comentaba. Con doce años su padre le dio a leer “El Desastre de Anual” de Fernández de la Reguera y Susana March; para él aquello fue atroz. Las rutas turísticas de Marruecos excluyen el Rif porque “atribuyen peligros”.
Página 20. Cuando salen a pasear desembocan en la Plaza de España donde ” los edificios del Gobierno de Melilla (Ayuntamiento) y el Casino Militar con mucho los mas esplendorosos que se ofrecen a su vista; menos mal que empieza a ver algo agradable. “ La Avenida no es fea...., existen muestras relativamente cuidadas de arquitectura modernista que se deben, entre otros, a un tal Enrique Nieto, un seguidor de Gaudí, y a las veleidades artísticas de algunos ingenieros militares “. Por lo menos esas veleidades aun perduran enriqueciendo el patrimonio cultural de la ciudad. Dice que Melilla “siempre ha estado sometida a la incertidumbre que se deriva de su condición de ciudad incrustada en territorio extranjero (¿Melilla está en territorio extranjero o en el norte de África?)”. Mientras que sube por la avenida principal de la “ciudad gobernada por los europeos” hacia arriba las calles están sucias, los edificios viejos y descuidados. Ya no cabe hacerse ilusión, estamos de golpe en una ciudad musulmana”. Que los musulmanes se apliquen el parche; lo digo por lo que comenta de sucios y descuidados, no por lo de ciudad musulmana, que de eso no cabe duda que es multicultural y española.
Página 22. Otra vez dice que la ciudad es colonial y la ha dejado atrás al subir al Polígono (Rastro).
Página 24. Al referirse a las playas dice que el encargado del hotel (el amargado) les recomienda las dos; una que está en la parte mas antigua de la ciudad ( ¿Galápagos? ) y la otra “empieza a partir del antiguo muelle minero y que ahora han convertido en una especie de restaurantes y amenidades diversas”. El edificio V Centenario y el puerto Noray no se daría cuenta de que existían también por aquéllas fechas.
El trazado de las calles de Melilla lo asimila con los de Málaga (¿). Se admira de que las viudas de militares que cobran una pensión digna se hayan quedado a vivir en Melilla. Se pregunta “qué españoles viven en la ciudad aparte de éstas viudas contumaces” . Yo se de una que, aparte de ser contumaz y ser viuda de un policía, no se marcharía a ningún sitio, mi hermana Mari Sol. En la ciudad “siguen los pertrechos, los regimientos y los miles de soldados...” y “los funcionarios lamentan su suerte pero pagan la mitad de impuestos que sus compañeros en la Península y se benefician de los precios mas bajos en casi todos los artículos de consumo”. ¿ Habrá comprobado éstos datos con el Instituto Nacional de Estadísticas o en el Ministerio de Hacienda ?.
Página 26. Aquí dice que “ la ciudad española en el norte de África”; en qué quedamos, es colonia o no. Mas adelante hace un juicio de una joven señora que toma el sol en la playa y presume de que “es hija o esposa de militares, que no se siente feliz en el “agujero de Melilla” (si señor, ha leído bien, dice otra vez agujero). Se permite comparar la seriedad de ésta mujer con las risas y la desenvoltura de una joven marroquí (¿) que había en la playa jugando con sus hermanos en la ducha. No se paró a pensar que podría ser una señora, esposa o hija de alguien que trabajara en un almacén, de barrendero o en un taller de mecánica que le gustaba tomar el sol tranquilamente y en postura reflexiva como millones de personas de éste mundo; no, tenía que ser hija o esposa de militar. Al río lo denomina, preguntándose el origen del nombre, cómicamente “Río de Oro, donde su cauce seco se haya lleno de inmundicias y algunos polvorientos eucaliptos”. Antes de escribir su libro yo le hubiera recomendado que se hubiese leído a Gabriel de Morales en “Datos para la Historia” donde en su página 30 dice : “Río Oro, Wad El Mediar, río que serpentea; se le llamó así desde la antigüedad y primeros tiempos de la conquista de Melilla porque se decía que sus aguas arrastraban partículas del precioso metal”.
A las 4 de la tarde busca una farmacia y dice que en una esquina se encuentra ésta “gobernada por una señora de unos cincuenta años, expeditiva y enérgica” entendiéndose como puede con dos marroquíes (también podían ser argelinos) que querían comprar unos condones y que el trato era como a los niños sin descortesía y “a él el trato fue mucho mas respetuoso y relajado”. A la señora de unos cincuenta años que regenta una farmacia que hace esquina en Melilla me permito recomendarle que cuando alguien con aspecto bereber vaya a comprarle unos condones busque la empatía y que la sonrisa no se le borre de su cara de medio siglo.
Al General Silvestre lo llama “bravucón amigo de Alfonso XIII, hedonista que le gustaban las francachelas que se organizaban en el casino militar, del que fue máximo impulsor”. En el parque Hernández entabló conversación con un hombre vestido en pleno verano con chaqueta y dice que éste comentó que “en el cuarenta y tres llegamos pegando tiros hasta Dar Drius”. Si hubiese recordado la lectura de La Reguera y March en “El Desastre de Anual” hubiera sabido que el 10 de Julio de 1927 el General Don José Sanjurjo y Sacanell, Jefe del Ejército de Operaciones, desde su Cuartel General en Bab Taza anunció el final de la Guerra de Pacificación en Marruecos. Un mes antes, los días 16,26 y 29, se ocuparon Draá el Assef, Yebel Yessana, Yebel Taria y de mas importancia, el célebre Yebel Alam (La Meca de Occidente). Pero claro, él dice que lo leyó a los doce años, y con esa edad solo se piensa en jugar y puede que se le olvidaran algunas fechas.
Página 35. Sobre la españolidad de Melilla dice de “esos quinientos años ininterrumpidos de defender el botín del temerario Estopiñán”; haciendo el argumento de “la rancia españolidad de Melilla, en el que se basa su estatuto y la alegada prevalencia de los derechos españoles sobre la Plaza”.
En su visita por la tarde a la Plaza de España se pregunta “qué pinta la estatua de una desagradable mujer y al pie de la columna un soldado con capote y sombrero ( no es cordobés es salacot)”. Éste hombre debiera haberse informado sobre la estatua en la biblioteca municipal o consultar los archivos municipales y sabría que en Septiembre del año pasado se cumplieron 70 años de su inauguración; que se proyectó durante el reinado de Alfonso XIII, inaugurándose en la República el 1 de Septiembre de 1931; y como era lógico se entonaron los compases del himno del General Riego. El escultor, de 22 años, fue Juan López Merino; que las tres tazas simbolizan las edades Antigua, Media y Moderna. La Victoria, esa señora tan desagradable, pesa 4 toneladas, y el soldado 800 kilos. Me imagino qué le hubiera dicho el soldado con el traje de campaña, que tantas “guardias hace”, símbolo de todos los españoles muertos que fueron héroes a éste hombre. Pero claro, analizando la estatua llega a la conclusión de que en Anual “no hubo héroes, por fugitivos y derrotados, pero la mayoría de ellos murieron y con ello se hicieron acreedores a ser considerados mártires”. Según el Espasa, entre las varias acepciones que contiene la palabra héroe y la que le va bien a éste tema es el que lleva a cabo una acción heroica, y mártir, también con varias acepciones hay una que dice de la persona que muere o padece mucho en defensa de otras creencias, convicciones o causas. Yo creo que los de Annual, Monte Arruit y tantas posiciones masacradas fueron mártires y héroes al mismo tiempo y también acreedores de toda la gloria que la Patria brinda a sus hijos caídos. Pero sigamos.
Comenta que en la puerta del local-discoteca había un muchacho, aparentemente legionario porque “llevaba el pelo rapado y la camisa desabotonada hasta el ombligo”, según él, todos los jóvenes despechugados son legionarios, que esperaba a “una pareja de chicas de veintibastantes años y feas”; sobre todo, eso, que eran feas; la galantería le brilla por su ausencia. El policía que hace guardia en un baluarte (cuartel de la Policía), “al que sacamos de su siesta” le indica la única manera de entrar en el recinto amurallado. ¿ Pero de verdad que el policía dormía la siesta en la garita situada encima del Foso del Hornabeque ?, perdonen pero no me lo creo. También hace gala de ser entendido en artillería diciendo que “los ejércitos que sitiaron la Ciudadela fortificada nunca tuvieron buena puntería, (ese es uno de los secretos de su prolongada resistencia)”. Aparte de Gabriel de Morales se debía haber leído a Mir Berlanga “Con el Viento de la Historia”, página 181 en la que da cuenta de los prolegómenos del Sitio a Melilla y la puntería de los sitiadores y los estragos que dejaron durante los cien días que transcurrieron con el bombardeo. Desde el 9 de Diciembre de 1774 hasta el 19 de Marzo de 1775.
Página 47. Dice que en un bar de la ciudadela, lúgubre y muy oscuro, apestaba por los olores de los excrementos de un mono enjaulado. Explica una escena que observó en un bar existente junto a las murallas de la Puerta de la Marina donde dos muchachos marroquíes ( ¿ ) se sentaron a una mesa y “un hombre moreno y rechoncho, ostensiblemente paticorto y tan miope que ha de llevar gafas bastante gruesas”, se enfrentó a ellos enseñando una identificación los “echó a patadas” y comentando luego en la mesa contigua: “no tenían papeles los hijos de puta”. Al “paticorto”, como verán, lo pone de chupa de domine diciendo que su mujer es una “desfondada de unos cuarenta años” (pág. 50).
Por lo visto los bazares junto al hotel son lúgubres y el encargado de la recepción es un aburrido catalán “deportado a Melilla” por sus superiores de la cadena del hotel. También le parece un sarcasmo que el letrero que figura a la entrada en Melilla figure “Melilla, Municipio de Europa” y no “Melilla Municipio de África”. Habrá que recordarle que aunque nuestra ciudad esté geográficamente en África es un municipio de la Comunidad Europea como lo son Las Palmas de Gran Canarias, Palma de Mallorca, Angra, en la Azores, Palermo en Sicilia, Bastia en Córcega o Cagliari en Cerdeña, y si nombráramos a todas las poblaciones existentes fuera de lo que es el Continente europeo nos faltaría papel.
Página 59. Dice que “los nombres sugeridores como Virgen de África, Regimiento de África, son los que España ha reconocido en el pasado histórico un vínculo meridional. Un vínculo que desde hace algunos años, en cambio, nos avergüenza”. Yo particularmente me siento muy orgulloso de que ese regimiento y tantos otros hayan pasado por mi ciudad en defensa de los españoles distantes de la Península.
A los montes “Tetas de Nador” les llama “burda inventiva de los españoles”, y hablando de Nador también dice que “nuestro Consulado se mantiene abierto principalmente para tramitar visados de quienes quieren pasar a España”. Yo creo que una de las tareas de un consulado es esa, la de facilitar visados. En la página 68 y entre paréntesis “(algunos dicen que hace años, después de la Independencia se alimentaban conspiraciones para una rebelión rifeña contra el Gobierno de Rabat )”.
En la contraportada dice: “ Del Rif al Yebala es un singular libro de viajes y un hermoso ajuste de cuentas con el pasado desde las emocionantes sensaciones presentes”. Es, según él, hacer realidad un sueño de infancia, como adentrarse en el escenario de la aventura bélica de su abuelo, “combatiente de a pie en la llamada Guerra de África”. Como soy tan tiquismiquis yo creía que la llamada Guerra de África era la de 1860 o de O`Donnell o Prím y la del 1921 la de Annual, pero, es igual, para el caso es lo mismo, todas fueron en el continente africano.
Como habrán podido comprobar el libro, muy a mi pesar, no lo he terminado de leer, porque, aparte de ser una especie de relación de todo lo ocurrido en las diferentes guerras con Marruecos y de pacificación en nuestro Protectorado, archisabidas y comentadas con objetividad por historiadores de prestigio me he negado a terminar la lectura y devolverlo a la biblioteca municipal. Lo que si he querido comentar, dentro del espacio que me brinda éste periódico es todo lo que hace referencia a nuestra ciudad, que con solo unos días de visita no ha tenido empacho en comentar con todo el descaro algo de lo que realmente no es la vida de mi ciudad y como yo, creo que muchos lectores pensaran igual .
Para que puedan reconocer el libro éste tiene en la cubierta una fotografía de un anochecer en la Medina de Xauen. El título es : “Del Rif al Yebala, Viaje al sueño y la pesadilla de Marruecos”. Autor: Lorenzo Silva, con fotografía del mismo autor en la contraportada. La editorial: Ediciones Destino, colección: Áncora y Delfín. Lo digo por si algun melillense desea flagelarse con su lectura que lo adquiera.
Para finalizar les diré que siempre hay que intentar aprovechar todo lo que se lee para armonizarlo en bien de la cultura. Yo he intentado entrecomillar todo lo que me ha parecido libelo con algo de infamia hacia nuestra ciudad, sus habitantes, su idiosincrasia, sus edificios modernistas, sus murallas llenas de historia como sus monumentos, esperando que con éste pequeño grano de arena reivindicativo muchos compatriotas como el autor de éste libro recapaciten y guarden el máximo respeto a una comunidad multicultural y multiracial que podría ser espejo de convivencia para otras culturas.
Reciban un saludo sin acritud hacia el autor.
Juan J. Aranda
Málaga 1 de Abril 2002
En las primeras páginas preliminares del libro “Del Rif al Yebala” de Lorenzo Silva, (Ediciones Destino, Barcelona ) concretamente en la nº 9 como diciendo, la primera en la frente, dice : “los marroquíes siguen llevando, en general, una vida dura, y los españoles seguimos, en gran medida, dándoles la espalda”. Para él la percepción que tiene sobre Melilla no es la misma que la de un fin de semana de 1997 (V Centenario). En la página 11 dice que “Melilla tiene unos pocos kilómetros cuadrados, arrinconada contra una playa”; vamos, como los boxeadores que están medio groggy en un rincón del cuadrilátero; pero no se apuren que aun hay mas. En la nº 12 dice que “ a Melilla, como turista en el mes de Julio nadie va, como no sea algo perentorio o ineludible, ya que existen otros lugares y apetecibles destinos que se ofrecen al ocio”. El taxi que los recogió en el aeropuerto “es sucio, viejo y antediluviano, un Mercedes como muchos miles que verán durante el viaje”. Viaja con su hermano y un señor llamado Eduardo. “El taxista es un notorio legionario, tatuajes y las insignias del salpicadero; hasta lleva el águila en la correa del reloj”. Como dedujo que el conductor del taxi era de la Península tuvo ganas de “preguntarle qué motivo le indujo a quedarse en la exigua ciudad colonial ”. Como comprenderán, aquí ya se me saltaron todas mis alarmas de amor hacia la patria chica; por lo de colonia mas que nada. Pero sigamos martirizándonos en plan “masocas”, que hay tela.
Página 13. “Los forasteros que caen en el aeropuerto deben ser en general fastidiados padres que acuden de mala gana a la jura de bandera de sus desgraciados hijos ( han leído bien) a las que la crueldad del sorteo militar destinó a éste agujero africano (siguen leyendo bien, dice agujero)”. El taxista “legionario” les advierte de “los moros chicos”. Lo comprobó cuando “cinco o seis niños y niñas de unos nueve años se organizaron como un remolino siendo el primer contacto con la mendicidad de Marruecos (¿ ) “.
En el mostrador del hotel había “un hombre de aspecto amargado”. Las habitaciones del mismo “son dignas pero viejas”. ¿ Me pregunto qué hotel será ?. Y suma y sigue; “paseando por las calles de Melilla, abandonadas, no pocas de ellas a su suerte por las autoridades”; que éstas tomen nota, porque quien gobernaba entonces (1997) era el PP. La ventana de su habitación da a un patio mezquino y sucio. El aparato del aire acondicionado también, según él, es antediluviano. Se pregunta “qué hace en Melilla a finales de Julio de 1997”, encontrando Melilla “descolgada en el tiempo con un residuo dejado por la historia”. Uno de sus abuelos le tocó hacer la guerra del Rif y alguna vez lo encontraba con la oreja pegada a la radio escuchando una emisora marroquí, “me gusta oírlos, a los morrillos, me traen recuerdos”, dice que comentaba. Con doce años su padre le dio a leer “El Desastre de Anual” de Fernández de la Reguera y Susana March; para él aquello fue atroz. Las rutas turísticas de Marruecos excluyen el Rif porque “atribuyen peligros”.
Página 20. Cuando salen a pasear desembocan en la Plaza de España donde ” los edificios del Gobierno de Melilla (Ayuntamiento) y el Casino Militar con mucho los mas esplendorosos que se ofrecen a su vista; menos mal que empieza a ver algo agradable. “ La Avenida no es fea...., existen muestras relativamente cuidadas de arquitectura modernista que se deben, entre otros, a un tal Enrique Nieto, un seguidor de Gaudí, y a las veleidades artísticas de algunos ingenieros militares “. Por lo menos esas veleidades aun perduran enriqueciendo el patrimonio cultural de la ciudad. Dice que Melilla “siempre ha estado sometida a la incertidumbre que se deriva de su condición de ciudad incrustada en territorio extranjero (¿Melilla está en territorio extranjero o en el norte de África?)”. Mientras que sube por la avenida principal de la “ciudad gobernada por los europeos” hacia arriba las calles están sucias, los edificios viejos y descuidados. Ya no cabe hacerse ilusión, estamos de golpe en una ciudad musulmana”. Que los musulmanes se apliquen el parche; lo digo por lo que comenta de sucios y descuidados, no por lo de ciudad musulmana, que de eso no cabe duda que es multicultural y española.
Página 22. Otra vez dice que la ciudad es colonial y la ha dejado atrás al subir al Polígono (Rastro).
Página 24. Al referirse a las playas dice que el encargado del hotel (el amargado) les recomienda las dos; una que está en la parte mas antigua de la ciudad ( ¿Galápagos? ) y la otra “empieza a partir del antiguo muelle minero y que ahora han convertido en una especie de restaurantes y amenidades diversas”. El edificio V Centenario y el puerto Noray no se daría cuenta de que existían también por aquéllas fechas.
El trazado de las calles de Melilla lo asimila con los de Málaga (¿). Se admira de que las viudas de militares que cobran una pensión digna se hayan quedado a vivir en Melilla. Se pregunta “qué españoles viven en la ciudad aparte de éstas viudas contumaces” . Yo se de una que, aparte de ser contumaz y ser viuda de un policía, no se marcharía a ningún sitio, mi hermana Mari Sol. En la ciudad “siguen los pertrechos, los regimientos y los miles de soldados...” y “los funcionarios lamentan su suerte pero pagan la mitad de impuestos que sus compañeros en la Península y se benefician de los precios mas bajos en casi todos los artículos de consumo”. ¿ Habrá comprobado éstos datos con el Instituto Nacional de Estadísticas o en el Ministerio de Hacienda ?.
Página 26. Aquí dice que “ la ciudad española en el norte de África”; en qué quedamos, es colonia o no. Mas adelante hace un juicio de una joven señora que toma el sol en la playa y presume de que “es hija o esposa de militares, que no se siente feliz en el “agujero de Melilla” (si señor, ha leído bien, dice otra vez agujero). Se permite comparar la seriedad de ésta mujer con las risas y la desenvoltura de una joven marroquí (¿) que había en la playa jugando con sus hermanos en la ducha. No se paró a pensar que podría ser una señora, esposa o hija de alguien que trabajara en un almacén, de barrendero o en un taller de mecánica que le gustaba tomar el sol tranquilamente y en postura reflexiva como millones de personas de éste mundo; no, tenía que ser hija o esposa de militar. Al río lo denomina, preguntándose el origen del nombre, cómicamente “Río de Oro, donde su cauce seco se haya lleno de inmundicias y algunos polvorientos eucaliptos”. Antes de escribir su libro yo le hubiera recomendado que se hubiese leído a Gabriel de Morales en “Datos para la Historia” donde en su página 30 dice : “Río Oro, Wad El Mediar, río que serpentea; se le llamó así desde la antigüedad y primeros tiempos de la conquista de Melilla porque se decía que sus aguas arrastraban partículas del precioso metal”.
A las 4 de la tarde busca una farmacia y dice que en una esquina se encuentra ésta “gobernada por una señora de unos cincuenta años, expeditiva y enérgica” entendiéndose como puede con dos marroquíes (también podían ser argelinos) que querían comprar unos condones y que el trato era como a los niños sin descortesía y “a él el trato fue mucho mas respetuoso y relajado”. A la señora de unos cincuenta años que regenta una farmacia que hace esquina en Melilla me permito recomendarle que cuando alguien con aspecto bereber vaya a comprarle unos condones busque la empatía y que la sonrisa no se le borre de su cara de medio siglo.
Al General Silvestre lo llama “bravucón amigo de Alfonso XIII, hedonista que le gustaban las francachelas que se organizaban en el casino militar, del que fue máximo impulsor”. En el parque Hernández entabló conversación con un hombre vestido en pleno verano con chaqueta y dice que éste comentó que “en el cuarenta y tres llegamos pegando tiros hasta Dar Drius”. Si hubiese recordado la lectura de La Reguera y March en “El Desastre de Anual” hubiera sabido que el 10 de Julio de 1927 el General Don José Sanjurjo y Sacanell, Jefe del Ejército de Operaciones, desde su Cuartel General en Bab Taza anunció el final de la Guerra de Pacificación en Marruecos. Un mes antes, los días 16,26 y 29, se ocuparon Draá el Assef, Yebel Yessana, Yebel Taria y de mas importancia, el célebre Yebel Alam (La Meca de Occidente). Pero claro, él dice que lo leyó a los doce años, y con esa edad solo se piensa en jugar y puede que se le olvidaran algunas fechas.
Página 35. Sobre la españolidad de Melilla dice de “esos quinientos años ininterrumpidos de defender el botín del temerario Estopiñán”; haciendo el argumento de “la rancia españolidad de Melilla, en el que se basa su estatuto y la alegada prevalencia de los derechos españoles sobre la Plaza”.
En su visita por la tarde a la Plaza de España se pregunta “qué pinta la estatua de una desagradable mujer y al pie de la columna un soldado con capote y sombrero ( no es cordobés es salacot)”. Éste hombre debiera haberse informado sobre la estatua en la biblioteca municipal o consultar los archivos municipales y sabría que en Septiembre del año pasado se cumplieron 70 años de su inauguración; que se proyectó durante el reinado de Alfonso XIII, inaugurándose en la República el 1 de Septiembre de 1931; y como era lógico se entonaron los compases del himno del General Riego. El escultor, de 22 años, fue Juan López Merino; que las tres tazas simbolizan las edades Antigua, Media y Moderna. La Victoria, esa señora tan desagradable, pesa 4 toneladas, y el soldado 800 kilos. Me imagino qué le hubiera dicho el soldado con el traje de campaña, que tantas “guardias hace”, símbolo de todos los españoles muertos que fueron héroes a éste hombre. Pero claro, analizando la estatua llega a la conclusión de que en Anual “no hubo héroes, por fugitivos y derrotados, pero la mayoría de ellos murieron y con ello se hicieron acreedores a ser considerados mártires”. Según el Espasa, entre las varias acepciones que contiene la palabra héroe y la que le va bien a éste tema es el que lleva a cabo una acción heroica, y mártir, también con varias acepciones hay una que dice de la persona que muere o padece mucho en defensa de otras creencias, convicciones o causas. Yo creo que los de Annual, Monte Arruit y tantas posiciones masacradas fueron mártires y héroes al mismo tiempo y también acreedores de toda la gloria que la Patria brinda a sus hijos caídos. Pero sigamos.
Comenta que en la puerta del local-discoteca había un muchacho, aparentemente legionario porque “llevaba el pelo rapado y la camisa desabotonada hasta el ombligo”, según él, todos los jóvenes despechugados son legionarios, que esperaba a “una pareja de chicas de veintibastantes años y feas”; sobre todo, eso, que eran feas; la galantería le brilla por su ausencia. El policía que hace guardia en un baluarte (cuartel de la Policía), “al que sacamos de su siesta” le indica la única manera de entrar en el recinto amurallado. ¿ Pero de verdad que el policía dormía la siesta en la garita situada encima del Foso del Hornabeque ?, perdonen pero no me lo creo. También hace gala de ser entendido en artillería diciendo que “los ejércitos que sitiaron la Ciudadela fortificada nunca tuvieron buena puntería, (ese es uno de los secretos de su prolongada resistencia)”. Aparte de Gabriel de Morales se debía haber leído a Mir Berlanga “Con el Viento de la Historia”, página 181 en la que da cuenta de los prolegómenos del Sitio a Melilla y la puntería de los sitiadores y los estragos que dejaron durante los cien días que transcurrieron con el bombardeo. Desde el 9 de Diciembre de 1774 hasta el 19 de Marzo de 1775.
Página 47. Dice que en un bar de la ciudadela, lúgubre y muy oscuro, apestaba por los olores de los excrementos de un mono enjaulado. Explica una escena que observó en un bar existente junto a las murallas de la Puerta de la Marina donde dos muchachos marroquíes ( ¿ ) se sentaron a una mesa y “un hombre moreno y rechoncho, ostensiblemente paticorto y tan miope que ha de llevar gafas bastante gruesas”, se enfrentó a ellos enseñando una identificación los “echó a patadas” y comentando luego en la mesa contigua: “no tenían papeles los hijos de puta”. Al “paticorto”, como verán, lo pone de chupa de domine diciendo que su mujer es una “desfondada de unos cuarenta años” (pág. 50).
Por lo visto los bazares junto al hotel son lúgubres y el encargado de la recepción es un aburrido catalán “deportado a Melilla” por sus superiores de la cadena del hotel. También le parece un sarcasmo que el letrero que figura a la entrada en Melilla figure “Melilla, Municipio de Europa” y no “Melilla Municipio de África”. Habrá que recordarle que aunque nuestra ciudad esté geográficamente en África es un municipio de la Comunidad Europea como lo son Las Palmas de Gran Canarias, Palma de Mallorca, Angra, en la Azores, Palermo en Sicilia, Bastia en Córcega o Cagliari en Cerdeña, y si nombráramos a todas las poblaciones existentes fuera de lo que es el Continente europeo nos faltaría papel.
Página 59. Dice que “los nombres sugeridores como Virgen de África, Regimiento de África, son los que España ha reconocido en el pasado histórico un vínculo meridional. Un vínculo que desde hace algunos años, en cambio, nos avergüenza”. Yo particularmente me siento muy orgulloso de que ese regimiento y tantos otros hayan pasado por mi ciudad en defensa de los españoles distantes de la Península.
A los montes “Tetas de Nador” les llama “burda inventiva de los españoles”, y hablando de Nador también dice que “nuestro Consulado se mantiene abierto principalmente para tramitar visados de quienes quieren pasar a España”. Yo creo que una de las tareas de un consulado es esa, la de facilitar visados. En la página 68 y entre paréntesis “(algunos dicen que hace años, después de la Independencia se alimentaban conspiraciones para una rebelión rifeña contra el Gobierno de Rabat )”.
En la contraportada dice: “ Del Rif al Yebala es un singular libro de viajes y un hermoso ajuste de cuentas con el pasado desde las emocionantes sensaciones presentes”. Es, según él, hacer realidad un sueño de infancia, como adentrarse en el escenario de la aventura bélica de su abuelo, “combatiente de a pie en la llamada Guerra de África”. Como soy tan tiquismiquis yo creía que la llamada Guerra de África era la de 1860 o de O`Donnell o Prím y la del 1921 la de Annual, pero, es igual, para el caso es lo mismo, todas fueron en el continente africano.
Como habrán podido comprobar el libro, muy a mi pesar, no lo he terminado de leer, porque, aparte de ser una especie de relación de todo lo ocurrido en las diferentes guerras con Marruecos y de pacificación en nuestro Protectorado, archisabidas y comentadas con objetividad por historiadores de prestigio me he negado a terminar la lectura y devolverlo a la biblioteca municipal. Lo que si he querido comentar, dentro del espacio que me brinda éste periódico es todo lo que hace referencia a nuestra ciudad, que con solo unos días de visita no ha tenido empacho en comentar con todo el descaro algo de lo que realmente no es la vida de mi ciudad y como yo, creo que muchos lectores pensaran igual .
Para que puedan reconocer el libro éste tiene en la cubierta una fotografía de un anochecer en la Medina de Xauen. El título es : “Del Rif al Yebala, Viaje al sueño y la pesadilla de Marruecos”. Autor: Lorenzo Silva, con fotografía del mismo autor en la contraportada. La editorial: Ediciones Destino, colección: Áncora y Delfín. Lo digo por si algun melillense desea flagelarse con su lectura que lo adquiera.
Para finalizar les diré que siempre hay que intentar aprovechar todo lo que se lee para armonizarlo en bien de la cultura. Yo he intentado entrecomillar todo lo que me ha parecido libelo con algo de infamia hacia nuestra ciudad, sus habitantes, su idiosincrasia, sus edificios modernistas, sus murallas llenas de historia como sus monumentos, esperando que con éste pequeño grano de arena reivindicativo muchos compatriotas como el autor de éste libro recapaciten y guarden el máximo respeto a una comunidad multicultural y multiracial que podría ser espejo de convivencia para otras culturas.
Reciban un saludo sin acritud hacia el autor.
Juan J. Aranda
Málaga 1 de Abril 2002
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