Otra sobre el antiguo mercado del Polígono 13/02/02
OTRA SOBRE EL ANTIGUO MERCADO DEL POLÍGONO
Los socialistas de Melilla han propuesto al Gobierno de la Ciudad la convocatoria de un concurso público de ideas para que las personas interesadas puedan presentar proyectos con el objeto de darle utilidad al antiguo mercado de la calle Margallo. Llevan razón también en lo que dicen que su abandono propiciaría un mayor deterioro por la falta de conservación y que no es conveniente que permanezca vacío. Dicen que se le debe dar algún uso provisional y que lo mantenga quien lo use. Como ya es bien patrimonial, o sea que es de todos nosotros, ha llegado el momento, dicen, de abrir un debate sobre su utilidad y hacerlo de cara a la participación de todos los melillenses. “Siempre es positiva la participación de los ciudadanos en aportar ideas que orienten la toma de decisiones por parte de los poderes públicos”. Buen razonamiento también cuando: “el problema de aparcamientos de vehículos en la zona centro cuenta con otras alternativas”; y si no que aumenten la plantilla de autobuses y los horarios sean mas cortos (otra utopía ? ) y así los ciudadanos no tendrían que usar su coche, con el coñazo que es buscar aparcamiento. “Hay que adoptar una decisión sobre éste asunto, lo que exige optar por proyectos serios y concretos, suficientemente estudiados”.
El día 6 de Febrero en la página dos, en la Tribuna Pública, éste que les escribe y pide paciencia por leerme, sabiendo que era una utopía mi propuesta con respecto al mercado del Polígono o de Margallo, nombro los dos porque siempre hay alguien suspicaz que me malinterpreta, decía que James Freeman opinaba que un político piensa en las próximas elecciones y un estadista, en la próxima generación. La propuesta utópica o agua de borraja, que para el caso es lo mismo, que yo lanzaba entonces sigue estando en riguroso vigor y era el de convertir el hermoso edificio, porque hermoso lo es, aunque algunos crean que es destartalado; pero cuando empiecen las obras de un museo, o de un auditórium, o de una piscina, o de una gran biblioteca, ya que de éstas no las hay en ningún barrio, y debiera de haberlas, ¡eh!, como en muchas ciudades de la Península, solo la de plaza de España; en fin, qué alegría para el cuerpo serrano (léase mente) ver en Melilla todos esas instituciones de categoría, dándole la prestancia cultural que merece nuestra ciudad. Y no me vengan con que en Melilla ya existen piscinas, auditóriums, teatro, etc.; muy bien, pues otra mas y todas las que hagan falta. Hay un aforismo de Benjamin Franklin que dice: “ Si un hombre vacía en su cabeza el dinero de su bolsa, nadie podrá robárselo. Gastar dinero en aprender, es una inversión que siempre da un buen rédito”. Ya sé que alguien me contestará con otro aforismo del mismo autor que dice: “Antes de consultar tu fantasía, consulta tu bolsa”. Si los que gobiernan la Ciudad vacían algo de la “bolsa” de los presupuestos de todos en lo que describo quizás, no quiero aventurarme por si las moscas, algunos de los niños de ahora lo agradecerán cuando peinen canas. “Mira hijo, éste edificio fue un mercado y luego un auditórium y cuando yo era chico estudié música en el ”. Así le hablaría uno de los cagones de ahora a su futuro hijo dentro de varias décadas; como una de las veces que llevé a uno de mis hijos de paseo por el Mantelete, en la calle Medina Sidonia, y le enseñé dónde estudié solfeo con Don Julio. Aunque las comparaciones suelen ser odiosas tengo que decir que en aquéllos años, los 50, eso era lo que había y nada mas: un local, a veces pestilente, con dos grandes puertas, donde Don Julio se esforzaba en imbuirnos la música con toda la paciencia del mundo. Ahí está el pensamiento político que decía Freeman sobre lo que hace el estadista para las generaciones venideras ( las nuestras ni votaban ) y no lo que hace el político para las elecciones próximas, en las que se monta el guirigay de la búsqueda del voto y, como en toda democracia, aguantarse con lo que se ha elegido, aunque luego te salga una ranita o un rano orgulloso que no te hace ni puñetero caso; pero lo peor es que muchas veces ocurre lo de los tránsfugas, a los que hay que aplicarle la primera acepción del Espasa: ”Salir huyendo de una parte a otra” y no la mas usual y vergonzosa vista en muchos municipios: “Persona que pasa de un partido político a otro”, que para el caso lo mismo da Juan que Juanillo; pongo mi nombre por el qué dirán.
Mi hipotética “Plataforma Reivindicativa Cultural para el Antiguo Mercado del Polígono” (PROCAMP); aunque paradójicamente parezcan las siglas de una fábrica de verduras enlatadas (Productos del Campo), por lo de mercado, verduras, hortalizas, etc., y sea otra utopía sé que mucha gente en la ciudad, por lo “bajini”, claro, me darán la razón y si es por lo “altini” y le echan un poquillo de valor escribirían alguna que otra reivindicación en éste periódico o directamente a los responsables políticos; a éstos siempre les gusta recibir algo epistolario de los votantes y, creo yo, harían algo al respecto. Desde aquí animo a que el debate sea a nivel de los ciudadanos y deje de ser una quimera para que se forme una realidad cultural en la ciudad.
Reciban un cordial saludo y a los enfermos con cariño y ánimo para que se pongan buenos.
Juan J. Aranda
Málaga 13 de Febrero 2002
Los socialistas de Melilla han propuesto al Gobierno de la Ciudad la convocatoria de un concurso público de ideas para que las personas interesadas puedan presentar proyectos con el objeto de darle utilidad al antiguo mercado de la calle Margallo. Llevan razón también en lo que dicen que su abandono propiciaría un mayor deterioro por la falta de conservación y que no es conveniente que permanezca vacío. Dicen que se le debe dar algún uso provisional y que lo mantenga quien lo use. Como ya es bien patrimonial, o sea que es de todos nosotros, ha llegado el momento, dicen, de abrir un debate sobre su utilidad y hacerlo de cara a la participación de todos los melillenses. “Siempre es positiva la participación de los ciudadanos en aportar ideas que orienten la toma de decisiones por parte de los poderes públicos”. Buen razonamiento también cuando: “el problema de aparcamientos de vehículos en la zona centro cuenta con otras alternativas”; y si no que aumenten la plantilla de autobuses y los horarios sean mas cortos (otra utopía ? ) y así los ciudadanos no tendrían que usar su coche, con el coñazo que es buscar aparcamiento. “Hay que adoptar una decisión sobre éste asunto, lo que exige optar por proyectos serios y concretos, suficientemente estudiados”.
El día 6 de Febrero en la página dos, en la Tribuna Pública, éste que les escribe y pide paciencia por leerme, sabiendo que era una utopía mi propuesta con respecto al mercado del Polígono o de Margallo, nombro los dos porque siempre hay alguien suspicaz que me malinterpreta, decía que James Freeman opinaba que un político piensa en las próximas elecciones y un estadista, en la próxima generación. La propuesta utópica o agua de borraja, que para el caso es lo mismo, que yo lanzaba entonces sigue estando en riguroso vigor y era el de convertir el hermoso edificio, porque hermoso lo es, aunque algunos crean que es destartalado; pero cuando empiecen las obras de un museo, o de un auditórium, o de una piscina, o de una gran biblioteca, ya que de éstas no las hay en ningún barrio, y debiera de haberlas, ¡eh!, como en muchas ciudades de la Península, solo la de plaza de España; en fin, qué alegría para el cuerpo serrano (léase mente) ver en Melilla todos esas instituciones de categoría, dándole la prestancia cultural que merece nuestra ciudad. Y no me vengan con que en Melilla ya existen piscinas, auditóriums, teatro, etc.; muy bien, pues otra mas y todas las que hagan falta. Hay un aforismo de Benjamin Franklin que dice: “ Si un hombre vacía en su cabeza el dinero de su bolsa, nadie podrá robárselo. Gastar dinero en aprender, es una inversión que siempre da un buen rédito”. Ya sé que alguien me contestará con otro aforismo del mismo autor que dice: “Antes de consultar tu fantasía, consulta tu bolsa”. Si los que gobiernan la Ciudad vacían algo de la “bolsa” de los presupuestos de todos en lo que describo quizás, no quiero aventurarme por si las moscas, algunos de los niños de ahora lo agradecerán cuando peinen canas. “Mira hijo, éste edificio fue un mercado y luego un auditórium y cuando yo era chico estudié música en el ”. Así le hablaría uno de los cagones de ahora a su futuro hijo dentro de varias décadas; como una de las veces que llevé a uno de mis hijos de paseo por el Mantelete, en la calle Medina Sidonia, y le enseñé dónde estudié solfeo con Don Julio. Aunque las comparaciones suelen ser odiosas tengo que decir que en aquéllos años, los 50, eso era lo que había y nada mas: un local, a veces pestilente, con dos grandes puertas, donde Don Julio se esforzaba en imbuirnos la música con toda la paciencia del mundo. Ahí está el pensamiento político que decía Freeman sobre lo que hace el estadista para las generaciones venideras ( las nuestras ni votaban ) y no lo que hace el político para las elecciones próximas, en las que se monta el guirigay de la búsqueda del voto y, como en toda democracia, aguantarse con lo que se ha elegido, aunque luego te salga una ranita o un rano orgulloso que no te hace ni puñetero caso; pero lo peor es que muchas veces ocurre lo de los tránsfugas, a los que hay que aplicarle la primera acepción del Espasa: ”Salir huyendo de una parte a otra” y no la mas usual y vergonzosa vista en muchos municipios: “Persona que pasa de un partido político a otro”, que para el caso lo mismo da Juan que Juanillo; pongo mi nombre por el qué dirán.
Mi hipotética “Plataforma Reivindicativa Cultural para el Antiguo Mercado del Polígono” (PROCAMP); aunque paradójicamente parezcan las siglas de una fábrica de verduras enlatadas (Productos del Campo), por lo de mercado, verduras, hortalizas, etc., y sea otra utopía sé que mucha gente en la ciudad, por lo “bajini”, claro, me darán la razón y si es por lo “altini” y le echan un poquillo de valor escribirían alguna que otra reivindicación en éste periódico o directamente a los responsables políticos; a éstos siempre les gusta recibir algo epistolario de los votantes y, creo yo, harían algo al respecto. Desde aquí animo a que el debate sea a nivel de los ciudadanos y deje de ser una quimera para que se forme una realidad cultural en la ciudad.
Reciban un cordial saludo y a los enfermos con cariño y ánimo para que se pongan buenos.
Juan J. Aranda
Málaga 13 de Febrero 2002
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