Dormilones y Tanatorio 18/08/02
“DORMILONES” Y TANATORIO
Qué quieren que les diga, yo como me crié, jugué y me reí tanto en esas calles, todo lo que leo sobre ellas, me trae los mas bellos recuerdos de mi niñez, porque sí, porque fui muy feliz, a pesar de las penurias de la posguerra, me refiero a las calles de Castellón de la Plana y Duque de la Torre o Teruel.. Perdonen si a esta última no la nombro con el rótulo actual. No lo sé, ya habrá alguna alma caritativa que me lo diga en estas páginas y a ser posible el motivo de los cambios. Además porqué tienen que cambiar tanto los nombres de las calles, con lo trabajoso que es para el cartero su clasificación. No piensen mal los que desean que las connotaciones franquistas desaparezcan, aunque ese es otro tema, lo digo por el coñazo que es llevar para un solo destinatario tres objetos postales y cada uno de ellos lleve distinta calle; porque no se le van a devolver todo lo que vaya dirigido con los nombres antiguos de la calle. En fin, a lo que iba: que leo en “Los melillenses nos dicen” que los “vecinos de Hidúm y las Canteras del Carmen piden, ( eso, que pidan y no soliciten, que para ello pagan sus impuestos) que se instalen unos dormilones” en algunas de sus calles, aunque yo les llamo despertadores por los saltos imprevistos que dan los coches al pasar a una velocidad no permitida; y no me digan lo que sufren los amortiguadores, palieres y la dirección del vehículo. Alguien dirá que los mecánicos también tienen derecho a trabajar. Si eso sirve para que los accidentes disminuyan y que los vecinos puedan andar por sus calles como lo hacen las personas y no esquivando vehículos, loados sean los dormilones. Yo recuerdo que en la cuesta de las Canteras del Carmen, la que empieza en la carretera de Horcas Coloradas, donde vivía mi amigo, compañero de colegio y de mili (Desinfección Vizcaya), Francisco Betoret Paneque, (un abrazo Paco) nos dejábamos caer con los carrillos de bolones (rodamientos) hasta la casa del cura y si todo salía bien llegábamos hasta la Cañada (Castelar). Pero claro entonces los coches que pasaban se podían contar con los dedos de una mano y te sobraban dedos. De vez en cuando asomaba un coche negro de caballo con un pitejo, con aspecto aburrido (no iba a ir el hombre tocando las palmas con la carga que llevaba), en lo alto del pescante y la comitiva que acompañaba al difunto hasta el cementerio.
Que por cierto también hay otra nota de queja referente a las “deficiencias y abandono en el tanatorio municipal” . En la fotografía se ven las botellas de bebidas y la basura acumulada frente a la puerta principal del cementerio, y créanme que eso deja mucho que desear de algunas personas. Y ya me guardaría yo muy bien de buscar el símil de la eurodiputada Loyola de Palacio cuando dijo de la empresa Boliden, la muy guarra (esto lo digo yo por la dicha empresa), la que destrozó medio Coto de Doñana , que “ es una golfa, muy sueca, pero muy guarra “. Mucha gente se han rasgado las vestiduras porque la frase, dicen, que es impropia de una señora eurodiputada. ¿Y no es verdad que fue una guarrería lo que hicieron ?, pues si lo fue , la empresa fue una guarra. Además, que paguen y se dejen de historias guarras, que lo dejaron todo hecho una mierda. Yo como de eurodiputado no tengo nada no hay que rasgarse las vestiduras si digo alguna palabra escatológica en contra de esa empresa “golfa, muy sueca ella, pero muy guarra”. También en los tiempos a que hago referencia anteriormente, en el sitio donde actualmente está el tanatorio, había (mas escatología) un retrete-urinario de forma redonda, mas bién cuadrilonga, de chapa, parecido a un antiguo kiosco, donde mucha gente que salía de visitar el cementerio vaciaba su vejiga y quedaba tan a gusto, pero las mujeres debían aguantarse porque sólo era para hombres. Bueno, pues a pesar del apestoso retrete, que de vez en cuando le echaban zotal, los jardines, que tampoco eran tales, por su desamparo, lo que realmente eran un bosque de eucaliptos, siempre estaban limpios; claro que entonces los jóvenes no bebían litronas en las aceras ni en cada hogar habían dos y mas vehículos, como existe en la actualidad, el que tenía una bicicleta era un “litri” (pijo actual) y los que carecíamos de ella no nos quedaba mas remedio que alquilarlas de piñón fijo en el Rastro, en la Cruz de los Caídos (con perdón a los de anticonnotaciones franquistas) o el barrio Del Real a cuatro pesetas la hora. Los niños de entonces no teníamos nada y lo poseíamos todo con nuestras risas y nuestros juegos, pero con unas ganas de comer. Hay quien le llamaría hambre, jallulla, gazuza o lo que sea, el caso era que cuando veíamos a alguno de nosotros salir de la casa con un bollo con aceite, todos pedíamos parte; y a pellizcos se quedaba el bollo por la mitad. Claro que siempre había algunos que la norma de los mosqueteros, aquello de : “uno para todos y todos para uno “, nada de nada, lo que hacía era zamparse su bocata a escondidas y no le daba a nadie ni un miajón. Hoy los niños no te piden parte sino que te la dan de regalo.
Hay que ver como se enrolla este hombre, dirán ustedes, pero no me negaran que los de mi quinta y las anteriores no recuerdan todo esto; claro que se me queda mucho en el tintero, pero es debido al espacio que se me proporciona en estas páginas y no se debe abusar de la gentileza de nuestros amigos.
Qué quieren que les diga, yo como me crié, jugué y me reí tanto en esas calles, todo lo que leo sobre ellas, me trae los mas bellos recuerdos de mi niñez, porque sí, porque fui muy feliz, a pesar de las penurias de la posguerra, me refiero a las calles de Castellón de la Plana y Duque de la Torre o Teruel.. Perdonen si a esta última no la nombro con el rótulo actual. No lo sé, ya habrá alguna alma caritativa que me lo diga en estas páginas y a ser posible el motivo de los cambios. Además porqué tienen que cambiar tanto los nombres de las calles, con lo trabajoso que es para el cartero su clasificación. No piensen mal los que desean que las connotaciones franquistas desaparezcan, aunque ese es otro tema, lo digo por el coñazo que es llevar para un solo destinatario tres objetos postales y cada uno de ellos lleve distinta calle; porque no se le van a devolver todo lo que vaya dirigido con los nombres antiguos de la calle. En fin, a lo que iba: que leo en “Los melillenses nos dicen” que los “vecinos de Hidúm y las Canteras del Carmen piden, ( eso, que pidan y no soliciten, que para ello pagan sus impuestos) que se instalen unos dormilones” en algunas de sus calles, aunque yo les llamo despertadores por los saltos imprevistos que dan los coches al pasar a una velocidad no permitida; y no me digan lo que sufren los amortiguadores, palieres y la dirección del vehículo. Alguien dirá que los mecánicos también tienen derecho a trabajar. Si eso sirve para que los accidentes disminuyan y que los vecinos puedan andar por sus calles como lo hacen las personas y no esquivando vehículos, loados sean los dormilones. Yo recuerdo que en la cuesta de las Canteras del Carmen, la que empieza en la carretera de Horcas Coloradas, donde vivía mi amigo, compañero de colegio y de mili (Desinfección Vizcaya), Francisco Betoret Paneque, (un abrazo Paco) nos dejábamos caer con los carrillos de bolones (rodamientos) hasta la casa del cura y si todo salía bien llegábamos hasta la Cañada (Castelar). Pero claro entonces los coches que pasaban se podían contar con los dedos de una mano y te sobraban dedos. De vez en cuando asomaba un coche negro de caballo con un pitejo, con aspecto aburrido (no iba a ir el hombre tocando las palmas con la carga que llevaba), en lo alto del pescante y la comitiva que acompañaba al difunto hasta el cementerio.
Que por cierto también hay otra nota de queja referente a las “deficiencias y abandono en el tanatorio municipal” . En la fotografía se ven las botellas de bebidas y la basura acumulada frente a la puerta principal del cementerio, y créanme que eso deja mucho que desear de algunas personas. Y ya me guardaría yo muy bien de buscar el símil de la eurodiputada Loyola de Palacio cuando dijo de la empresa Boliden, la muy guarra (esto lo digo yo por la dicha empresa), la que destrozó medio Coto de Doñana , que “ es una golfa, muy sueca, pero muy guarra “. Mucha gente se han rasgado las vestiduras porque la frase, dicen, que es impropia de una señora eurodiputada. ¿Y no es verdad que fue una guarrería lo que hicieron ?, pues si lo fue , la empresa fue una guarra. Además, que paguen y se dejen de historias guarras, que lo dejaron todo hecho una mierda. Yo como de eurodiputado no tengo nada no hay que rasgarse las vestiduras si digo alguna palabra escatológica en contra de esa empresa “golfa, muy sueca ella, pero muy guarra”. También en los tiempos a que hago referencia anteriormente, en el sitio donde actualmente está el tanatorio, había (mas escatología) un retrete-urinario de forma redonda, mas bién cuadrilonga, de chapa, parecido a un antiguo kiosco, donde mucha gente que salía de visitar el cementerio vaciaba su vejiga y quedaba tan a gusto, pero las mujeres debían aguantarse porque sólo era para hombres. Bueno, pues a pesar del apestoso retrete, que de vez en cuando le echaban zotal, los jardines, que tampoco eran tales, por su desamparo, lo que realmente eran un bosque de eucaliptos, siempre estaban limpios; claro que entonces los jóvenes no bebían litronas en las aceras ni en cada hogar habían dos y mas vehículos, como existe en la actualidad, el que tenía una bicicleta era un “litri” (pijo actual) y los que carecíamos de ella no nos quedaba mas remedio que alquilarlas de piñón fijo en el Rastro, en la Cruz de los Caídos (con perdón a los de anticonnotaciones franquistas) o el barrio Del Real a cuatro pesetas la hora. Los niños de entonces no teníamos nada y lo poseíamos todo con nuestras risas y nuestros juegos, pero con unas ganas de comer. Hay quien le llamaría hambre, jallulla, gazuza o lo que sea, el caso era que cuando veíamos a alguno de nosotros salir de la casa con un bollo con aceite, todos pedíamos parte; y a pellizcos se quedaba el bollo por la mitad. Claro que siempre había algunos que la norma de los mosqueteros, aquello de : “uno para todos y todos para uno “, nada de nada, lo que hacía era zamparse su bocata a escondidas y no le daba a nadie ni un miajón. Hoy los niños no te piden parte sino que te la dan de regalo.
Hay que ver como se enrolla este hombre, dirán ustedes, pero no me negaran que los de mi quinta y las anteriores no recuerdan todo esto; claro que se me queda mucho en el tintero, pero es debido al espacio que se me proporciona en estas páginas y no se debe abusar de la gentileza de nuestros amigos.
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