sábado, enero 28, 2006

Tardanza postal 16/07/02



TARDANZA POSTAL (no enviada ni terminada)


Hoy voy a hablarles de un tema que para mí es muy doloroso pero necesario que lo sepa la gente.
Un servidor se ha tirado casi cuarenta años como funcionario de Correos y Telegrafos, donde he aprendido, sin acudir a universidad alguna, como en las Ágoras que decía Séneca, desde humanidades, relaciones personales pasando por empatía hacia los demás y hacer que me tomaran aprecio, que es como un regalo para el espiritu, al igual que yo hacia el público, cuando éste era el dueño y señor de los patios de Correos: “ a usted le quito yo el uniforme, o : usted no sabe con quien está hablando “, recuerdo de alguien intransigente, y también la contestación de algún compañero cachondo contestándole que tuviera “piedad” porque sólo tenía esa ropa en medio del público; donde la gente siempre iba a “reventarse” y a protestar “oficialmente” porque el cartero le había depositado una carta en el buzón de un vecino. Todo el mundo que tuviese cualquier queja que manifestar, el funcionario de la ventanilla se llevaba el “chaparrón” y encima uno debía hacer el clásico despido : ”desea usted alguna cosa mas”, como cuando se despide algun militar de rango inferior de otro superior. Claro que la cosa cambiaba cuando esa misma persona debía renovar el DNI y había una cola en la comisaría que llegaba a la puerta; ahí no tenían redañós de protestar por la tardanza, y si alguien, enfadado protestaba en público, con la sola presencia del policía de servicio a su lado el protestón hacia mutis por el foro y a aguantar la cola; lo mismo que en los bancos; estos son mas sangrantes porque son los que manejan nuestros cuartos y tienen esos beneficios tan grandes como para invertir en Jersey ( no en la compra de ese vestido) habiendo días que te tiras una hora para hacer cualquier ingreso o cualquier pensionista a pié firme para cobrar su pensión y ves a un señor, dueño de un negocio del barrio que se dirige muy ufano, sabiendo que es como el dueño del “kiosko”, al director como si fuese su casa y todo porque tiene unos millones invertidos en alguna “cosa” de la Bolsa que ese director le ha aconsejado. Ante esto no tengo mas remedio que manifestarme públicamente, con todo el dolor de mi corazón, sabiendo que mis compañeros que actualmente prestan sus servicios en la empresa que antes se llamaba Correos y Telégrafos no tienen culpa de la mala organización y el mal servicio que se viene prestando en la actualidad en mi barrio de Málaga.
Este periódico se edita diariamente y por lógica matemática debo recibirlo al día siguiente de su depósito en Melilla; bién, pues no es así. Cuando el compañero destinado en mi barrio está de baja por enfermedad o tiene vacaciones, me echo a temblar como muchos de los vecinos y es debido a que la correspondencia la recibo una vez a la semana. Me da un poco de reparo decir que dado mi amistad con algunos compañeros de reparto me tomo la libertad de recurrir a ellos para que cuando me persono en cartería me entreguen mi correo.