Reflexión sobre los gamberros 15/07/02

REFLEXIÓN SOBRE LOS GAMBERROS QUE ROMPEN EL MOBILIARIO PÚBLICO



Hay quien les llamaría salvajes a los bestias (con perdón hacia las mulas) que se dedican a destrozar los lavapiés y las pasarelas de madera que sirven para que la gente no se queme con la arena en la playa cuando se dirige a la orilla. Yo, como la palabra salvaje tiene varias acepciones me inclino por la que dice del animal que no es doméstico, como el ornitorrinco, que es feísimo y hace un ruido muy raro, la cabra hispánica con su cornamenta que llega a medir casi un metro de punta a punta de los cuernos, o la mofeta que cuando se ve en peligro suelta por algún orificio de su cuerpo un pestilente liquido que tira para atrás a cualquiera que esté a su lado o una rata de cloaca toda tiñosa y enferma de su fiebre tan peligrosa. Según el diccionario, todos esos animales son salvajes al igual que los habitantes de las Islas Salomón, pero a éstos no los vamos a comparar con los animales que he nombrado antes, faltaría mas, por Dios, pero sí que podríamos compararlos con las personas que destrozan porque sí, porque les da la gana de romper un mobiliario que es de todos y entre todos lo hemos pagado con nuestros impuestos. De verdad que me fastidia y siento rabia cuando uno o varios de estas personas (hay que llamarles así, porque los ha parido una mujer, que remedio) rompe una farola, destroza un banco de un paseo público, pisa un parterre de flores y se queda tan a gusto y con mis impuestos y los de ustedes debemos pagarlo sin rechistar y si dejamos de hacerlo va el ministro del ramo económico y nos castiga con un porcentaje de más que debemos ingresar en las arcas del Erario de la cosa pública. A que no hay derecho, ¡eh¡ ? . Es lo mismo que cuando llevas a un niño pequeño de la mano y le entra ganas de orinar y lo pones en un rincón a escondidas, porque no existen retretes públicos, como avergonzado por el hecho y por si alguien te llama la atención y te dice algo feo, y luego ves a muchos amantes de los animales que ponen a sus perros a jiñar y a mear en los jardines públicos y en las aceras y nadie dice ni pío, porque no sabes como pueden reaccionar el dueño o el animal, que para el caso es lo mismo.
Leo que el mismo Consejero de Medio Ambiente, que tiene una cara y un aspecto de buena persona que se lo pisa, con perdón, observó a un individuo “de cuatro patas”, las delanteras las llevaría en el manillar y las traseras en el pisapiés, con una moto de cuatro ruedas que se paseaba por las pasarelas de la playa hasta que no pudiendo aguantar el peso éstas se rompieron. ¿ Y no trincaron al singracia gilipollas y le obligaron a restituir lo que dañó ?. Yo creo que la moto tendría matrícula y ésta estaría a nombre de alguien, creo yo.
Cuando me refiero al aspecto del Consejero de Medio Ambiente, lo digo muy en serio; éste señor, aunque no tengo el placer de conocerlo, de verdad me parece un buen hombre porque cuando pide civismo y que se denuncie a los infractores de esos hechos y que los ciudadanos tiren las basuras a partir de las ocho de la tarde es de una candidez que roza eso, una ingenuidad manifiesta. Jesse Jackson decía que un sistema escolar que no tenga a los padres como cimiento es igual a una cubeta con un agujero en el fondo. Pero lo bueno o lo malo del caso es quién enseña a los padres que tampoco tienen ni chispita de educación cuando se comportan en presencia de sus hijos menores de edad como si estuvieran en una taberna de mala muerte.
Yo creo que si alguna vez un policía detiene o multa a alguien que comete esos hechos, llamémosle delictivos, porqué no, y el infractor tiene que rascarse el bolsillo, que es a lo único que se le teme, creo que bajaría bastante esos pequeños delitos, que al fin y al cabo lo son debido a la pereza, me refiero a lo de las basuras, lo de las bestias que destrozan el mobiliario es harina de otro costal y habría que echar mano a lo que el juez de Granada hace con los jóvenes que delinquen, ponerlos a trabajar y que sepan qué cuesta lo que rompen. Yo digo que si, que se lo curren ¿ y ustedes ?.
Reciban un saludo.



Juan J. Aranda

Málaga 15 de Julio de 2002