sábado, enero 28, 2006

Historia de una cagalera 29/07/02


HISTORIA DE UNA CAGALERA


Leo en este periódico que un periodista británico hace el Perejil a costa del conflicto de España con Marruecos ocupando un islote cercano a Ibiza para mostrar , dijo, “la hipocresía española”; el muy gilipollas. Dice que quería dar a España un poco de su propia medicina por reclamar Gibraltar y negarse a negociar sobre Ceuta y Melilla. Por lo visto llamó al Foreing Ofifce en Londres para informarles de la buena noticia de que el Reino Unido tenía un nuevo enclave. La persona que le contestó diciéndole que llegaba con cien años de atraso y que si quería declarar la isla, que no había ni una rata, británica era cosa suya. ¿ A que es gilipollas, verdad ?.
Sigo leyendo en este mismo diario y en el mismo día al Consejero de Presidencia de la Ciudad en el que deplora las manifestaciones del PNV cuando este partido pedía que en las conversaciones entre España y Marruecos se incluyeran nuestras ciudades hermanas. ¡ Qué mala leche, joder ! con lo buena gente que somos los de “esos enclaves”. Al Consejero “la gente que pide la independencia no le merece ningún respeto (a mi si) y menos si hablan de Ceuta y de Melilla, (eso a mi no)mucho menos”. Que borderío, me refiero a nuestros compatriotas del norte, los del PNV . Lo siento por lo de compatriotas señor Arzallus pero hasta el momento tienen ustedes un DNI como el mío y se benefician de los presupuestos que entre todos pagamos con religiosidad, aunque alguno haya por ahí engañando a Hacienda, que somos todos.
Hay mas, pero este es del diario SUR de Málaga. En una nota de agencias en Rabat dice que el especialista en relaciones hispano marroquíes Mohamed Larbi Messari, uno de los dirigentes o mandones del partido Istiqlal, sugirió ayer, por el sábado, la posibilidad de dar un enfoque económico a la crisis con España y “crear zonas francas alternativas en el norte de Marruecos” para recuperar las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Todo esto lo dijo, me imagino que sin beber agua y sin paracaídas, en una entrevista concedida al semanario “Tel Quel”. Dice Messari que esas zonas francas “servirían para que la población fuera menos dependiente de los dos enclaves españoles”. Dice “enclaves españoles”, o sea que reconoce que son España; ¿ será un desliz o maneja mal el castellano ?, a pesar de ser especialista en temas hispano-marroquíes. Y termina diciendo que las dos ciudades se convertirían en “lugares de veraneo” que terminarían siendo una carga para España. Mira, si fuesen ciudades de veraneo algo de dinero entraría en las arcas del palacio de la Plaza de España.
Como comprendo que debo ser un poco conciso en mis escritos, lo digo por lo del espacio, voy a relatar una anécdota del libro de Diego Ceano, página 182, titulada “Historia de una Cagalera” .
Cuenta Ceano alabando a los grandes escritores malagueños como Cristóbal Medina Conde, Guillen Robles, Vázquez Otero, Estébanez Calderón, Díaz Escobar, Bejarano Robles etc. ,en un homenaje que se le hizo a Manuel Ocón Dueñas, Julián Sesmero le deleitó con un relato que hacía varias décadas ocurrió en uno de los corralones (patios de vecinos) del barrio de la Trinidad, donde solo existía un retrete para veinte familia y un pozo para sacar el agua, o sea que de grifos y saneamientos, nada de nada. Entonces en Málaga, como en toda España la gente tenía hambre debido a nuestra posguerra y al “ II Baile Mundial “, como decía mi madre :” una de mis hijas nació en el Movimiento y los otros tres en los años del hambre”, que no era moco de pavo el asunto. Bueno pues resulta que en uno de esos corralones la pobreza de sus vecinos era tan manifiesta que entre ellos se ayudaban con lo que podían. Un día uno de los vecinos, que trabajaba en la lonja de pescadería apareció, todo contento y feliz, con un cubo lleno de pescado. Las vecinas se arremolinaron cada una con su carbón y sartenes dispuestas a freír el manjar del mar. Una preguntó quién tenía harina; varias contestaron que tenían harina y algún trozo de pan duro que se podría rallar y emborrizarlos para que estuviesen mas apetitosos, pero ninguna de ellas tenía el líquido sagrado de la oliva, nuestro aceite tan rico de Andalucía. Tras mucho cavilar uno de los vecinos, muy prudente comentó que él tenía unas cuantas botellas de aceite de hígado de bacalao, pero “no sé si este aceite servirá para freír el pescado”, decía el hombre. Una de las vecinas que ya los estómagos de sus hijos le estaban llamando de todo menos bonita, del hambre que gastaban, dijo : “ pues no es aceite, que mas da “. La fritanga que se hizo aquélla noche en el corralón se utilizaron los componentes mas diversos. Después del festín cada vecino se fue a su casa a dormir o a lo que fuera, que entonces no había televisión y muy poca gente poseía un aparato de radio, por eso había tantas mujeres preñadas.
Al rato el aceite de bacalao empezó a surtir efectos y las barrigas comenzaron a cabrearse produciendo sonoros conciertos internos, (qué fatiga pasarían los pobres, verdad). La visita al único retrete era algo que no admitía espera, pero el problema era agudo, ya que el que entraba le parecía que estaba en la gloria, ahora que los que esperaban con las piernas cruzadas y a pié firme a punto de que se le saliera el “punto”, algunos corrieron al cercano Guadalmedina, (mucha gente le llamaba el Caca Seca) aliviándose lo mejor que pudieron.
Claro que muchos vecinos de la calle al enterarse del infortunio de aquéllos pobres cagones incontinentes estuvieron mucho tiempo de risas y de chanzas con la famosa cagalera de pescado frito con aceite de hígado de bacalao porque desgraciadamente no había de oliva.
Y ustedes se preguntaran porqué mezclo el comentario del periodista británico, también del especialista (“si este es el mayordomo, cómo será el menordomo”) en relaciones hispano-marroquíes y la contestación del Consejero de Presidencia al PNV con la “Historia de una Cagalera” del libro de Ceano.
Como saben, todo lo escatológico es a veces repugnante y mucha gente vomita y todo. Yo solamente les deseo a estos señores, con todos mis respetos a sus cargos públicos, lo digo por lo que representan, que cuando se les ocurra hablar felonamente (PNV), gilipollescamente (periodista británico) y a nuestro vecino del Istiqlal ( sempiterno pedigüeño ) de nuestras ciudades hermanas le entren una cagalera como la que sufrieron los vecinos del corralón del barrio malagueño de La Trinidad. Solamente cada vez que se refieran a Ceuta y a Melilla, ¡eh! y si es en una reunión con periodistas tanto mejor. Estaría bueno ver a uno de estos señores con retortijones diarréicos a la vez que despotrican de nuestras ciudades hermanas.
Quede claro que no los mando a cagar.
Reciban un saludo.