Frases Populares V 13/01/02
FRASES POPULARES V
Multiplicadamente, como el agua de un río, el melillísmo hay que sentirlo; unos desde dentro, los llamados residentes continuos en la ciudad y los otros, como yo, desde ésta otra orilla o de cualquier otro sitio del mundo. A veces hay que hundir la mente en la historia, en el tiempo y en los años remotos de la vida infantil y de juventud y para eso hace falta, a veces, una reflexión como si pasáramos por la vida sin apoyarnos en nadie.
Cuando en España estaban prohibidos en los carnavales las canciones grotescas y subidas de tonos, mas bien picantonas, en la calle de Castellón había veces que dos señoras, madres de familia, simpáticas y guasonas se transformaban con disfraces en grotescos personajes cantando canciones que a los niños nos estaba prohibido escuchar, pero siempre éramos los primeros que aprendíamos las letrillas y nos quedábamos con las estrofas mas guarras en la memoria para repetirlas durante bastante tiempo. Las familias de éstas señoras procedían de Málaga y su provincia. Cada vez que iban a cantar decían que los niños y mocitas no debían escuchar; eso era una tontería porque como digo, a los niños no nos echaban ni con agua caliente.
Una de las canciones que hacían reír a la concurrencia de los vecinos; algunos de éstos eran, aparentemente, muy serios y formales pero ante la guasa de la comparsa vecinal en la calle de Castellón se rendían escuchando : ”A mi me gustan los higos/ de las higueras pardillas/ pero mas me gusta el tuyo/ porque tiene una rajilla / ”. Las muchachas eran el blanco de las miradas y algunas pazguatillas que no lo entendían y al saberlo, por la complicidad de una de las mayores, rompían a reír y correr entre la gente como huyendo de algo grave que no ocurría. Una de las mujeres que siempre iba disfrazada de hombre como el gran Charlot, con bombín y bastón, cantaba :” Yo saqué a mi novia al campo/ y la subí a un olivo,/ yo me puse por debajo,/ lo que le vi no lo digo,/ era mas negro que un grajo / “. O éste otro con la interpretación que se le quiera dar, según la audiencia, en el último verso y dice :” No hay árbol como el nogal / ni fruta como el madroño/ ni cuña que ajuste mas / que la peineta en tu moño /”. El viejo de boina y bastón decía que en el teatro Alcántara, en el Pueblo, se cantaba con las dos versiones en los años de las luces y el Charlestón.
Recuerdo a un viejecillo que no tenía dientes y cuando comía le daba tantas vueltas al bocado que parecía que su barba le acariciaba la nariz colorada; hacía verdad aquello del garbanzo dando vueltas en la boca de un viejo. La gente decía que le gustaba el Valdepeñas de Casa Carmelo en La Cañada (Castelar). Su rostro se movía con movimientos sin compás; las arrugas de su cara se transformaban en grandes surcos, cerrando sus pequeños ojos sin pestañas, como si riera carcajeándose, que era lo que hacía al ver y escuchar a éstas mujeres con su murga grotesca y guasona; y es que de verdad que tenían gracia, y solamente eran simples y honradas amas de casa.
Había otra frase que un ditero la repetía en los años en que un bollo costaba una peseta, lo que en muchos hogares de Melilla carecían. Entonces los diteros (cobradores) prestaban dinero a un interés de vergüenza por lo alto que llegaba a ser; ahora te lo prestan unos señores encorbatados en unos salones sentados en sillones acolchados y con la sonrisa dentífrica mas deslumbrante para que a primeros del mes siguiente de la firma te estén pegando bocados. Éste hombre llegaba a un patio y decía :” ¡ Niñas, el cobrador, se vende de tó y se cobra despacito ¡ “. Algunos, creo, no es que cobraran despacito es que no llegaban a ver una gorda por mas visitas que llevaran a cabo en plan de gorila matón.
Ésta otra frase era de Valero, el hombre sordo que llevaba un carrito con su borriquillo haciendo portes de paquetes postales desde Correos hasta las distintas tiendas del centro. Siempre solía llevar una ramita de yerbabuena o un palillo en la boca. El borriquillo a veces había que llamarle borricón por como se le ponía su “fábrica de hacer borriquitos” al ver a una burra, que siempre era la del “Pistolero” (ignoro el origen del mote), otro señor que hacía portes con carro y asno. El callejón empinado y escalonado que existe en la calle de Castellón frente al de Pepe Matias siempre se le llamó “callejón de Valero”. Me gustaría saber como se llama en la actualidad, porque según recuerdo habían tres viviendas en el mismo. La frase de Valero era: ”Caballo que a los tres años / ve a una yegua y no relincha/ o le falta la cebá/ o es que le aprieta la cincha / ”.
Cuando oímos que alguien tiene “culo de mal asiento” es debido a que esa persona es inquieta y no para ni un momento en un sitio fijo, o que cambia de trabajo a menudo. La frase en cuestión no alude al culo del nervioso sino al de una vasija llena de liquido que baila al no estar plano su asiento.
“Picar muy alto” todo el mundo sabe que quiere decir de la persona que desea llegar a lo mas alto de su trabajo o en su quehacer diario. En los políticos tenemos la prueba pero el origen no es ese sino el de la rumorología que cuenta que Juan de Tasis y Peralta, Conde de Villamediana, estaba enamorado de la esposa del Rey Felipe IV, Doña Isabel de Borbón y que en una corrida de toros en la plaza Mayor de Madrid el conde rejoneó un toro con tanto arte que la reina exclamó: “ ¡Qué bien pica el conde!” y el rey con mucha guasa, sabiendo de los amores del conde hacia su esposa le contestó : “ Pica bien, pero pica alto”. Y la famosa frase salió de la plaza comentándose hasta nuestros días.
Reciban un saludo y a cuidarse que hay mucha gripe y hace mucha rasca y a los enfermos uno muy especial para que se animen y sanen mas pronto que tarde.
Juan J. Aranda
Málaga 13 Enero de 2002
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